El gobierno estadounidense podría empezar a quedarse sin fondos para pagar sus deudas el 17 de octubre, dijo el secretario del Tesoro, Jack Lew, a menos que el Congreso vote para elevar el techo de deuda del país antes de esa fecha.

La carta de Lew al vocero republicano de la Cámara de Representantes, John Boehner, y otros líderes del congreso, efectivamente establece un deadline para que los republicanos y la Casa Blanca puedan resolver sus diferencias sobre la aprobación de nuevo endeudamiento para el gobierno.

"Si no tenemos suficiente efectivo en la mano, sería imposible para Estados Unidos cumplir con todas sus deudas por primera vez en nuestra historia", escribió Lew ayer.

La pelea por el techo de la deuda corre en paralelo con otra batalla fiscal relacionada, con los republicanos en el Congreso exigiendo que cualquier nuevo presupuesto debiera recortar el financiamiento para la ley de salud del presidente Barack Obama de 2010, conocida como Obamacare. El presupuesto debe estar aprobado el martes 1 de octubre, cuando partes del gobierno se cerrarán.

Cualquier fracaso en alcanzar un acuerdo sobre el techo de la deuda debiera ser más serio, ha advertido la administración Obama, causando fuertes efectos en los mercados y en la economía, tal como ocurrió en una pelea similar entre la Casa Blanca y los republicanos en 2011.

En su carta, Lew dijo que las medidas que el Tesoro estadounidense había estado tomando para pagar sus cuentas se agotarían "no más allá del 17 de octubre".

"Estimamos que, en ese punto, el Tesoro sólo tendría US$30 mil millones para cumplir con los compromisos del país. Este monto sería demasiado pequeño en comparación con los gastos en determinados días, que puede ser de hasta US$60 mil millones".

Obama ha dicho que no negociará sobre elevar el techo de la deuda, porque un fracaso en elevarlo pondría en peligro "la confianza total en Estados Unidos".

Boehner insiste en que numerossas administraciones en el pasado han negociado temas de presupuesto como parte de acuerdos para que el Congreso eleve el techo de la deuda.

Lew dijo que el impasse por el techo de la deuda en 2011 "provocó un daño significativo a la economía y un recorte en la calificación crediticia de Estados Unidos".

"Si el congreso busca repetir esta política arriesgada en 2013, podría infligir incluso más daño a la economía. Y si el gobierno finalmente es incapaz de pagar todas sus cuentas, los resultados podrían ser catastróficos".

"El presidente todavía quiere negociar sobre la dirección futura de la política fiscal, pero no negociará sobre si Estados Unidos pagará sus cuentas por compromisos pasados".

Los republicanos en la Cámara han aprobado legislación que permite que el gobierno estadounidense priorice los pagos de deuda en el caso de que el techo de la deuda no se eleve, una medida rechazada por la administración.

"Cualquier plan para priorizar unos pagos por sobre otros es simplemente un default con otro nombre", declaró el secretario del Tesoro.

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