La definición sobre el financiamiento a las salas cuna lleva años deambulando en la discusión pública. Transversalmente hay coincidencia de que la legislación actual -contenida en el Artículo 03 del Código Laboral- es el peor de los diseños: el costo de la salacuna lo pagan las empresas con 20 mujeres o más. Esta modalidad se ha transformado en un obstáculo a la contratación femenina, sobre todo en aquellas empresas de menor tamaño, que están por debajo del umbral señalado por la ley.
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La actual administración quiere avanzar hacia el concepto de salacuna universal, retomando una iniciativa legal propuesta bajo el anterior mandato del Presidente Piñera. Con un costo anual de US$ 338 millones se pretende ampliar la cobertura a 100 mil niños, independiente del tipo de empresa donde se desempeñen sus madres. Entre las ideas que se han explorado para buscar financiamiento aparece el seguro de cesantía, teniendo en cuenta los altos montos recaudados bajo este concepto.
Ciertamente, es deseable resolver cualquier obstáculo que impida mejorar la participación femenina, sobre todo porque la legislación actual impone un sesgo en contra de la contratación de mujeres en edad fértil. Sin embargo, usar el seguro de cesantía para resolver un problema ajeno al que fue creado puede tener efectos distorsionadores. ¿Qué ocurrirá si existe un periodo recesivo prolongado? La acumulación de estos fondos, de no ser usados, se traspasa a las pensiones, otro problema que requiere atención. Es necesario, entonces, buscar una forma de financiamiento neutra que impida que mientras se resuelve un problema se creen otros.
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Adicionalmente, debe cuidarse la metodología de entrega del beneficio. Los subsidios a la oferta han dado muestras de ser objeto de captura por reparticiones del Estado o de alta discusión ideológica en torno al lucro. En contraste, un subsidio a la demanda mediante un voucher entregado a cada beneficiario permite optimizar los recursos asignados y les otorga a las familias la posibilidad de escoger el mejor lugar donde dejar a sus hijos mientras el padre y la madre trabajan en igualdad de condiciones.
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