El déficit del sistema de jubilaciones en Brasil alcanzó un récord de US$83.968 millones  en 2017, según un balance divulgado este lunes por el Ministerio de Hacienda. El alza se produjo en medio de fallidos intentos del presidente Michel Temer por reformar el régimen y ajustar las cuentas.

La reducción del número de trabajadores que aportan y el aumento de quienes reciben jubilaciones y pensiones, fueron las razones para que el déficit del sistema saltara 18,5% en relación a 2016, cuando ya había alcanzado su máximo valor histórico.

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La crisis en el sistema previsional de ese país, se ha convertido en una de las mayores preocupaciones del Gobierno de Temer. De hecho, en 2016, Temer presentó un proyecto de reforma para dificultar el acceso a las jubilaciones, y así sanear las cuentas públicas.

La iniciativa, duramente combatida por sindicatos y trabajadores, establece como edad mínima para jubilarse en Brasil 62 años para las mujeres y 65 para los hombres.

Actualmente, Brasil permite a las mujeres jubilarse con 30 años de cotización y a los hombres con 35 sin que exista ningún límite de edad para ello, por lo que hay casos en los que personas con apenas 50 años ya pueden acogerse al sistema estatal de protección social.

El proyecto de reforma de Temer llegó a ser aprobado por una comisión de Diputados a finales de 2016, pero las discusiones se paralizaron durante todo 2017. Ahora, el Gobierno espera que el pleno de la Cámara Baja lo pueda votar en febrero próximo.

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Según Temer, la reforma es necesaria para frenar el creciente déficit en las cuentas públicas brasileñas, que en los últimos años ha alcanzado tres récords seguidos, y para impulsar una economía que sufrió una profunda recesión en 2015 y 2016.

Según las cuentas divulgadas hoy por la Secretaría de Previsión Social del Ministerio de Hacienda, el déficit creció impulsado por el déficit del Instituto Nacional de Seguros Sociales (INSS),  entidad que administra las jubilaciones de los trabajadores del sector privado.

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El déficit del INSS saltó 21,8% en el último año, hasta US$ 57.015,6 millones en 2017, mientras que el déficit del Régimen de los Servidores Públicos creció 11,9%, hasta US$ 26.981,2 millones.

Además, el saldo negativo del INSS pasó de equivaler  a 2,4% del Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil en 2016, a representar el 2,8% en 2017.

"Los valores de los gastos vienen siendo superiores a la recaudación, pero, además, los gastos crecen a un ritmo mucho más alto que la recaudación, por lo que el déficit sube a una velocidad expresiva, no sólo en términos reales sino en proporción al PIB", afirmó el secretario de Previsión Social del Ministerio de Hacienda, Marcelo Caetano, en una rueda de prensa.

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