¿Alguna vez dejará Wall Street las armas? Es una pregunta que ya se planteó antes, tras los tiroteos de Newtown, Orlando, Las Vegas y así sucesivamente. Ahora, con las emociones de Estados Unidos a flor de piel por la matanza de la semana pasada en Florida, se acumulan evidencias de que los inversionistas podrían estar repensando su larga y tensa relación con la industria de las armas de fuego.
El jueves, el día en que el director de la National Rifle Association rechazó violentamente los pedidos de controles más estrictos para la tenencia de armas, el banco de capital cerrado más grande del país anunció que dejaría de emitir tarjetas de crédito patrocinadas por la NRA.
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Luego, BlackRock Inc., el gigante de la inversión, dijo que estaba evaluando formas de quitar a los fabricantes de armas de las carteras de aquellos clientes que ya no quisieran invertir en ellos. En Florida, el sitio de la tragedia más reciente, los profesores manifestaron su irritación por el hecho de que sus fondos de jubilación poseen acciones de fabricantes de armas, tras la revelación de que uno de ellos era el fabricante del rifle de asalto usado para matar a 17 alumnos y docentes de la Escuela Secundaria Marjory Stoneman Douglas de Parkland.
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"Este es el momento para que la industria de los servicios financieros deje de quedarse al margen y se ponga firme", dijo Jonas Kron, director de campañas activistas para accionistas de Trillium Asset Management, que se concentra en inversiones sostenibles.
Rechazo
Con los años fue creciendo un rechazo silencioso. Algunos grandes fondos de donaciones a universidades, como el de la Universidad de California, de US$10.000 millones, vendieron las acciones de fabricantes de armas tras el tiroteo en una escuela de Sandy Hook, Connecticut, en 2012, que redobló los pedidos de más controles.
"Seguimos atentos a estas cuestiones y las tomamos muy en serio", dijo Dianne Klein, portavoz del sistema universitario. Otros también lo están. El jueves The First National Bank of Omaha anunció que no renovaría el contrato que tiene con la NRA por una tarjeta de crédito de marca, debido a "los comentarios de los clientes".
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No queda claro cuántos de los casi cinco millones de miembros de la NRA son titulares de la tarjeta de crédito. Representantes de la NRA no respondieron en forma inmediata los pedidos de comentarios. La organización defensora de los derechos de la Segunda Enmienda sigue ofreciendo una tarjeta prepaga emitida por Republic Bank & Trust Co. Ese banco no respondió un pedido de comentarios sobre el tema.
Cada vez más instituciones, ya sean fondos de pensiones o municipios, exigen que sus carteras excluyan a fabricantes de pistolas y otras armas. Muchos de esos fondos, como el gigantesco CalSTRS, representan a uno de los grupos más afectados por los tiroteos en escuelas: los profesores.
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Las participaciones financieras de los fondos de jubilaciones para docentes en fabricantes de armas, al igual que las demás acciones, representan solo una pequeña porción de las inversiones de miles de millones de dólares de los sistemas estaduales de jubilación, según un análisis de Bloomberg. Pero esas tenencias se convirtieron en una papa caliente en Florida, donde la masacre de la semana pasada llevó a maestros y alumnos a presionar a los funcionarios públicos para que impidan ataques parecidos.
John Kuczwanski, portavoz del Consejo Estadual de Administración de Florida (SBA, por sus siglas en inglés), que administra el fondo, dijo que "como fiduciario, el SBA debe actuar exclusivamente según el interés de sus participantes y beneficiarios". No dijo si el fondo acataría la exigencia de venta del sindicato de docentes.