El desarrollo de nuestras ciudades y del negocio inmobiliario requiere que el progreso económico y social esté centrado en el bienestar de todos los actores del proceso. Esto requiere una modernización cultural en el sector privado que masifique el consenso de que la labor empresarial no debe buscar maximizar exclusivamente la rentabilidad económica -como nos enseñaron en las escuelas de negocios de los años 90-, sino también generar valor compartido para todo el sistema.
Este cambio incluye entender que hoy la legalidad de los proyectos es sólo el piso básico y que debemos asumir el liderazgo de un desarrollo inmobiliario más consciente del entorno, buscando generar, en el mediano plazo, mayor legitimidad social para nuestro quehacer económico.
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Tras un largo proceso de reflexión en que participaron las bases de nuestro gremio, en la ADI se definieron tres ejes prioritarios para un desarrollo más sostenible. El primero apunta al ordenamiento territorial, buscando una densificación más equilibrada. El marco regulatorio presenta restricciones que fueron públicamente evidentes tras el problema de los guetos verticales. La tendencia a congelar el territorio urbano, castigando alturas y densidades, es una respuesta de la sociedad civil y gobiernos locales a la falta de un ordenamiento apropiado.
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Si no desarrollamos colaborativamente nuevos mecanismos que orienten un proceso de densificación más equilibrado, experimentaremos altos costos sociales, como la expulsión de la clase media ante las alzas en los precios de las viviendas. En definitiva, una ciudad más segregada.
El segundo eje es la gobernanza urbana. El desarrollo de ciudades genera gobiernos locales altamente demandados con limitada capacidad de decisión y ejecución. Si avanzamos hacia nuevos gobiernos urbanos integrados en las principales áreas metropolitanas (Gran Santiago, Gran Valparaíso y Gran Concepción) potenciaremos la calidad de vida de más de 8 millones de chilenos.
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El tercer eje es una participación ciudadana activa, con espacios de diálogo abierto y anticipatorio para coordinar los diversos intereses de un modo vinculante y responsable, evitando escenarios desconocidos o impuestos desde el Estado o el sector privado.
Desde la ADI queremos liderar el desarrollo de una industria más preocupada por su entorno. Buscaremos hacer nuestro aporte al debate con un rol más propositivo que en el pasado. Invitamos a todos los desarrolladores a sumarse a esta visión, compartiendo aprendizajes y buenas prácticas que permitan reconfigurar una industria más consciente y sustentable en el largo plazo.
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*El autor es presidente ADI (Asociación de Desarrolladores Inmobiliarios).