La desaceleración que ha experimentado Chile durante los últimos años ha sido debatida respecto de qué tanto se explica por factores externos. Al respecto, el Instituto Internacional de Finanzas (IIF) expresa un duro diagnóstico en un reporte titulado: “Chile, heridas autoinfligidas”. En este documento critica la tendencia del Gobierno a las batallas ideológicas, en un momento en que lo primordial, asegura, es crear asociaciones fuertes con la comunidad empresarial. Destaca que el crecimiento de la economía es tibio, en momentos en que la incertidumbre por la agenda de reformas del Ejecutivo sigue hundiendo la confianza y la inversión. La entidad apunta a que las perspectivas de crecimiento se siguen viendo entorpecidas por las “controvertidas reformas” y la persistente incertidumbre en el mundo empresarial. Esta debilidad e incertidumbre, a juicio del IIF, ha tenido un gran impacto en la aprobación de la Presidenta Michelle Bachelet, que ha caído a un mínimo histórico de 15%. El diagnóstico del IIF es claro y, por lo mismo, la responsabilidad del Gobierno en materia económica es contundente. Chile no resiste otro año de incertidumbre e inversiones paralizadas. Es necesario que el Ejecutivo tome medidas reactivadoras en el corto plazo y que lidere el cambio de ánimo que se necesita para retomar tasas de crecimiento acordes con el potencial del país.