Desconfiado, exigente, y a la vez satisfecho con su vida: así es el nuevo consumidor chileno

-Aunque es difícil establecer un perfil único del consumidor chileno, hay varios aspectos en que se parecen. El avance tecnológico, las redes sociales y la hiperconectividad han generado que las personas tengan mucho más donde elegir, más herramientas para cotizar y seleccionar y, sobre todo, poder de decisión.
Esto ha hecho al consumidor chileno bastante más exigente y ya no sólo pide que el producto o servicio que compra tenga el valor justo y le cumpla, sino que también necesita transparencia, que lo atiendan bien, que le den algo más, que lo traten de igual a igual y que lo sorprendan.
Pero hay otros aspectos relevantes: también pide que lo respeten, preocupándose de los temas que son relevantes para él.
Estas son algunas de las conclusiones del estudio Marcas Ciudadanas. Estudio Cuantitativo sobre el consumidor, elaborado por Cadem-Plaza Pública y que será presentado hoy, en el marco del XXV Congreso de Marketing de Icare.
El análisis plantea que este nuevo consumidor puede definirse también como un ciudadano, considerando que hoy los valores que se exigen a las marcas son las mismas que corren para el mundo o las instituciones públicas. “Hasta hace muy poco, consumidores y ciudadanos no se miraban ni hablaban. Coexistían en mundos paralelos”, señala el estudio, que plantea que eso ha cambiado como también lo ha hecho la forma de relacionarse que este nuevo individuo espera, mucho más horizontal que vertical como era antes.
Para los autores, esto corresponde a un cambio natural dada la madurez de la sociedad chilena, que comparan con un adolescente en busca de su identidad, en el marco de una transición de un país pobre a uno de clase media.
Satisfacción. Un aspecto interesante de este nuevo consumidor-ciudadano, de acuerdo con el estudio cuantitativo elaborado por Cadem, es que se siente, en general, feliz. Esto se refleja, por ejemplo, con la reacción a la consulta sobre si está de acuerdo con la frase “en términos generales mi familia está bien”, la que fue respondida positivamente por el 84% del total.
Con la frase “sumando y restando me gusta mi vida, soy feliz” está de acuerdo o muy de acuerdo el 81%; con “he salido adelante gracias a mi trabajo y esfuerzo personal”, el 72%; y con “estoy contento/a con mi trabajo, mi actividad principal”, el 71%.
De la misma manera, la satisfacción con la familia llega al 75%, con los amigos cercanos el 59% y con los compañeros de trabajo o estudio, el 43%.
Pero al mismo tiempo es pragmático. De hecho, a 7 de cada diez chilenos les importaría poco o nada que desaparecieran sus marcas habituales porque se cambiarían a otras y sólo 2 de cada diez cree que las marcas actuales son relevantes para su vida.
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