Este año se realizarán elecciones legislativas, pero tendrán una particularidad: debutará un nuevo sistema electoral. ¿El problema? Según la encuesta CEP, 89% de los chilenos no sabe que en diez meses más parte el nuevo mecanismo que permitirá elegir de forma proporcional a los parlamentarios. También desconocen que a eso se suman cambios en el número de elegidos, una nueva distribución geográfica, que permitirá más legisladores para las regiones. Probablemente la papeleta con los candidatos sea de las más grandes de los últimos comicios.
Así, sólo cerca del 10% de la población tiene claridad que los diputados pasarán de 120 a 155 y que se disminuyeron de 60 a 28 los distritos.
Es importante que el Gobierno y todas las autoridades responsables tomen nota de esta falta de información, sobre todo en un contexto en que se está tratando de motivar a las personas a votar, y así romper con una tendencia creciente de abstención en Chile. No es una buena mezcla tratar de reencantar a los votantes con una fórmula electoral desconocida, que podría alimentar sospechas en una suspicaz población. Hay que evitar a toda costa llegar a las urnas con este bajo nivel de información y ruido, puesto que lo único que provocará será deslegitimar aún más la política. Aún estamos a tiempo de trabajar en esa dirección.