Si al no tener mayoría en el Congreso, el camino para aprobar una reforma tributaria (RT) ya se anticipaba era pedregoso, la puesta en marcha del gobierno ha levantado más ripios. Ante ello los parlamentarios de sus filas -todos de la Comisión de Hacienda- meditaron sobre el mejor diseño para lograr no sólo la tramitación del proyecto, sino para que también salgan a flote las ideas fuerza de esta iniciativa: reintegrar el sistema, reducir los impuestos a las empresas de un 27 a 25%, y redactar las normas antielusión.
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Es que el ánimo está más tenso. Las acusaciones lanzadas al gobierno anterior como la del ministro de Economía, Jose Ramón Valente con "le mintió a los chilenos" por el déficit fiscal; o que "hay gastos comprometidos sin financiamiento" del titular de Hacienda, Felipe Larraín, no sólo han encrispado a la oposición, sino que están produciendo un movimiento involuntario hacia un mayor empalme.
De hecho, como nunca antes, un senador (Ricardo Lagos Weber) acudió a la cita de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados con Larraín -por la presión de gasto- marcando territorio, dado que los ex ministros que estaban siendo vilipendiados pertenecen a su partido: Nicolás Eyzaguirre y Rodrigo Valdés. Asimismo, lanzó: "Acá cuesta mucho entenderse. Sólo recordarle al gobierno que no son mayoría y que tienen que generar un buen clima para un entendimiento en distintos temas y así como vamos, no va por buena camino".
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Por otro lado varios líderes de ese sector han anticipado que no concurrirán con su voto a una reducción de impuestos a las empresas, y en el Senado están articulándose para defender la RT de Bachelet. El destino está lleno de obstáculos.
"Hay distintos caminos a evaluar antes de enviar el proyecto. Podría ser un acuerdo político previo y así como el Presidente ha convocado a distintos temas a nivel nacional. Más que centrarlo en lo tributario podría ubicarse como un acuerdo para aumentar la inversión y el crecimiento", sostiene el senador José García Ruminot (RN).
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Observa un consenso en torno a la necesidad de crecer más allá del 3,5% y así contar con más recursos para financiar más programas sociales. Cree que bajo esos objetivos comunes es bien difícil que algún sector se reste, y que los últimos acontecimientos no debieran afectar las conversaciones.
"Todos somos suficientemente mayores y debemos actuar como tales. La oposición no le puede pedir al gobierno que se quede callado. No podemos actuar como niños y enojarnos a cada paso, este tema no debiera repercutir en nuestra mirada hacia el futuro", resalta.
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Al igual que García, el senador Juan Antonio Coloma (UDI) sostiene que los temas de la RT deben ir alineados, es decir simplificación con reducción de tasas corporativas, y llama a mirar sin sesgos ideológicos: "Siempre creo en el sentido común, los temas económicos no son voluntaristas. Los números no son mágicos, entonces tiene que haber un espacio para entender razones. Primero se debe presentar el proyecto, después discutir, no partir con una negativa previa. Respecto del gobierno creo que era importante sincerar lo que pasa en materia económica, era necesario darse un tiempo para eso, pero ahora ya es un buen momento para avanzar en este esfuerzo de cambios tributarios", puntualiza.
Atractivo para la oposición
Desde la Cámara, donde el oficialismo ha sido testigo de la reacción opositora, admiten que el escenario es complejo, y por ende sugieren al gobierno realizar una propuesta atractiva, para seducir algunos votos.
"Aconsejaría un trabajo prelegislativo, buscar una reforma de consenso convocar dada la realidad económica del país", acota el diputado Alejandro Santana (RN).
Precisa que hay un consenso respecto de lo engorroso del sistema, especialmente para los empresarios más pequeños, por ende es imprescindible simplificar y la oposición no se puede cerrar. "Obviamente hay una fracción de la oposición que se opondrá a cualquier iniciativa del gobierno pero otra parte es razonable. El gobierno está llamado a buscar los caminos e instalar una propuesta de reforma interesante, atractiva en forma y fondo que convoque y de garantías de crecimiento, y de que resolverá los problemas de los pequeños y medianos contribuyentes", remarca.
Una opinión similar sostiene el diputado UDI, Patricio Melero al señalar: "atendiendo la actual correlación del poder en el congreso obliga al gobierno a entender que la oposición debe apreciar para ella alguna ventaja en la forma como quede la RT, que le habilite un discurso frente a su público y su gente".
Con esta mirada pragmática especifica que los ejes de la RT deben ser la interacción paulatina de los sistemas, y dar mayores certezas pero no para retroceder en las normas antielusión, que calificó de bastante buenas. No obstante remarca que no se puede dejar de lado la reducción del impuesto corporativo porque sin ello no habría reintegración de los sistemas.
Sin embargo, desestima un acuerdo fuera del legislativo para evitar la "cocina" que hubo con la anterior RT. "Prefiero que en este tema el debate se haga en el Congreso de forma tal que sea muy transparente, y por sentido de urgencia ya estamos atrasados porque un trabajo prelegislativo toma mucho tiempo", resalta.
Confía en una buena ingeniería del proyecto para alcanzar el apoyo necesario en el parlamento. "Los acuerdos no se generan porque la oposición esté en buena onda, se logra porque se aprecia alguna ventaja. Si Bachelet logró que le aprobáramos la RT, por qué no podemos pensar positivamente, y que la oposición nos apoye, no pido unanimidad sino que mayoría".