LOS encargados de la avanzada corrían. A esa hora, las ollas con porotos ya estaban a punto de hervir. El alcalde Luis Plaza ansioso esperaba al candidato presidencial de RN. Más ansiosos aún, los candidatos a diputados que habían llegado a Cerro Navia.

La lluvia se había desatado ya en Santiago y el efusivo animador comenzaba una cuenta regresiva para que Andrés Allamand ingresara al gimnasio municipal de la comuna.

Allamand ya había descendido de su auto, acompañado de su esposa Marcela Cubillos y caminaba pausadamente, saludando a cada uno de los vecinos que estaban en el acceso. "¡Por acá Andrés, hay que ingresar!", le decía uno de los miembros de su comando. "Calma, calma…", contestaba el candidato.

Si hay algo que el candidato RN intentó demostrar la semana de las elecciones, fue tranquilidad.

Pese a tratarse de una campaña inédita, ésta, la de primarias, contó con esos elementos habituales de cualquiera de la otras y en el caso de la de Allamand, reforzando un sello ganador: emular lo hecho por Sebastián Piñera el 2009.

Si ayer realizó una porotada en Cerro Navia, tal cual como lo hizo el actual presidente, para mañana prepara la realización de un partido de fútbol con figuras de RN y de su comando, lo mismo que hiciera Piñera cerrando su despliegue.

Pero la replica de actividades partió el miércoles en la tarde.

La música de Tomy Rey sonaba fuerte en Puente Alto para dar el vamos a la segunda edición del acto "Vivan las canas".

Mil quinientos adultos mayores bailaban al ritmo de la cumbia y a la espera de Allamand.

De su Hyundai Sorento negro, descendía el candidato junto a quién ha sido su escolta en esta última etapa de campaña: Luciano Cruz-Coke.

En el trayecto a la carpa instalada en los jardines del parque Nuestra Señora de Gabriela, Allamand no deja a nadie sin saludar. Se da el tiempo de entrar a la cocina, palmotear a los mozos y fotografiarse con quien se lo pida.

Lo mismo hace Cruz-Coke. "Él me quita a todas las mujeres", bromea Allamand. "Que el Peyuco, que Amores de Mercado, que la Adrenalina", cuenta sonriente la carta presidencial.

Del apático y serio Allamand que se hablaba en un comienzo de la campaña poco queda. Con el correr del terreno "aprendió a ser candidato", comentan uno de sus más cercanos.

Como si estructura dramática hubiera aprendido de su generalísimo, lo primero que Allamand dice al tomar el micrófono es que le tiene una "sorpresa" a las abuelitas que no paran de gritarle a él y Manuel José Ossandón que lo acompaña.

Aprovecha la oportunidad para reiterar el llamado a votar, hablar de seguridad y de derrotar a Bachelet en noviembre.

Manda besos a todas las mesas donde después llegará y tras reiteradas bromas a Cruz-Coke y a Ossandón, presenta a la sorpresa cual animador: "Con ustedes, Luis Dimas".

La fiesta ya comenzó en Puente Alto la tarde del miércoles y se replicaría tal cual la mañana de ayer en Cerro Navia.

La última semana de campaña legal que comenzó con una gira por el sur, culmina en su comuna favorita: Cerro Navia y con un aura de optimismo riesgoso. Allamand siente el triunfo, pero el resultado sólo lo asegurarán las urnas este domingo.