Después de intentar convertirse en uno de los principales bancos globales durante los últimos 30 años, Deutsche Bank (DB) decidió abandonar su ambicioso plan y concentrar su negocio en Europa.

En la que podría ser la mayor reestructuración en sus casi 150 años de historia, el mayor banco de Alemania anunció ayer que reducirá drásticamente las operaciones de su división de banca de inversión en Estados Unidos y Asia.

Christian Sewing, director ejecutivo de la entidad, informó que recortarían la transacción de bonos y acciones, donde el gigante germano no ha sido capaz de romper el dominio de rivales como Goldman Sachs y JPMorgan, y que invertirían en la banca de retail alemana y en la administración de activos en el Viejo Continente.

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Las medidas llevarán a una "reducción significativa" de la fuerza laboral de más de 97 mil empleados. El banco ya despidió a 400 banqueros radicados en EEUU, según una fuente citada por Reuters. En tanto, Bloomberg informó que la firma planea recortar más de 10% de los cerca de 10.300 empleos en territorio estadounidense, lo que supone que unos 600 trabajadores adicionales dejarán sus puestos.

"Estos recortes serán dolorosos, pero lamentablemente son inevitables si queremos ser sosteniblemente rentables en los mejores intereses de nuestro banco, nuestro clientes y nuestros inversionistas", declaró en un comunicado Sewing, quien asumió el máximo cargo el 8 de abril.

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El director financiero, James von Moltke, precisó que los costos de la reestructuración llegarán a 800 millones de euros (US$ 968 millones) este año, lo que representa un alza frente a una estimación previa de 500 millones de euros (US$ 605 millones).

Magros resultados. El anuncio se conoció el mismo día en que DB reportó sus resultados del primer trimestre, que estuvieron muy por debajo de las expectativas del mercado.

Los ingresos llegaron a 6.976 millones de euros (US$ 8.445 millones), una caída de 5% frente a la facturación a inicios de 2017, y las ganancias fueron de 120 millones de euros (US$ 145 millones), un desplome de 79% anual. Los analistas anticipaban beneficios por 379 millones de euros (US$ 459 millones).

En una muestra de los problemas que enfrentaba la unidad de inversión, los ingresos por transacciones disminuyeron 17%, lo que se compara con un aumento de 12% en sus competidores estadounidenses, según Bloomberg.

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