La confesión del uso de información privilegiada que Steven Cohen, dueño del fondo de alto riesgo SAC Capital, realizó ayer trae un fin simbólico a su carrera de dos décadas administrando dinero para inversionistas externos, pero el destino de SAC ya estaba sellado en julio, cuando el Departamento de Justicia de EEUU presentó por primera vez cargos criminales.
En ese momento, incluso los firmes partidarios de Cohen se sintieron obligados a retirar sus fondos de la empresa, y SAC comenzó a prepararse para su nuevo futuro como una organización menor, que sólo maneja el dinero de la familia Cohen.
La fortuna se estima entre US$8 mil millones y US$9 mil millones, por lo que la operación se convertirá inmediatamente en una de las más grandes 4 mil "single family office" de EEUU, que gestionan exclusivamente para las personas ricas y sus herederos. Pero la estrategia de SAC y el número de personas que emplea probablemente cambiará sustancialmente.
Como parte de la solución acordada ayer, SAC se ha comprometido a dejar de administrar el dinero de otras personas. SAC ya se está achicando y lo ha estado haciendo desde que los procesamientos y declaraciones de culpabilidad de ex empleados se comenzaron a acumular en 2009.
El goteo de solicitudes de reembolso se convirtió en una inundación este año, con grandes inversionistas como Blackstone Asset Management y Citigroup Private Bank dejándolos durante el primer trimestre.
Cohen repetidamente ablandó las restricciones a las normas que limitan cuánto y cuándo los inversionistas pueden retirar su dinero.
Sin embargo, los activos reportados públicamente bajo gestión de SAC se mantuvieron más o menos constantes cerca de US$15 mil millones hasta justo antes de su última actualización a fines de septiembre. La empresa no tiene que honrar las solicitudes de reembolso inmediatamente y ha continuado publicando fuertes ganancias de inversión, que dijo a los inversionistas fueron 8,25% neto de comisiones la primera mitad de 2013.
SAC ya prepara su transición a una oficina familiar y personas cercanas a la compañía dicen que todo el dinero será devuelto a fin de año.
El número de empleados cayó por debajo de 1.000 a principios de este año, y la contracción se ha acelerado desde la actualización en septiembre.
"La pregunta es si la gente seguirá queriendo trabajar para él", dijo Martin Sklar, abogado en Kleinberg Kaplan. "Ya no es grandioso decir en las fiestas que eres gerente de cartera de SAC. No es un gran tema de conversación". Sklar dijo que la estrategia de inversión de SAC como family office determinaría la cantidad de personal necesario en última instancia. En su apogeo, la empresa representaba hasta 3% de todas las transacciones en la Bolsa de Valores de Nueva York, ya que US$15 mil millones en activos fueron magnificados por los préstamos de principales intermediarios que engrosaron su potencia de inversión a US$ 50 mil millones. Por ahora, Cohen sigue trabajando de su piso de trading en Connecticut, aunque sus distracciones legales han significado que no puede ver a los mercados tan obsesivamente como alguna vez lo hizo.
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