UN CAPÍTULO en la historia de Codelco escribirá la abogada y académica Laura Albornoz, al ser la primera mujer que ocupó un sillón en el directorio de la estatal. A pocos días de terminar su gestión, que finaliza en mayo, hace un análisis de su paso por la Corporación. Dentro de ello, comenta que el directorio del que formó parte estuvo marcado por la caída del precio del cobre y en ese sentido, por las decisiones difíciles relacionadas con los proyectos estructurales.
Pese a lo anterior, destaca que la gestión terminó con buenos resultados. En 2017, los excedentes de la empresa subieron seis veces frente al año anterior y se avanzó en la reducción de costos, en temas de transparencia y sustentabilidad.
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En otro tema, se refiere a la pugna que la cuprera enfrenta con la Contraloría y sostiene que ninguna empresa del Estado, que maneje recursos fiscales, puede negarse a ser fiscalizada, aunque hace la salvedad de que esto debe ser de manera armoniosa y tomando en cuenta las necesidades de reserva de información de la Corporación ante sus competidores.
¿Cómo ha sido el período que enfrentó como directora de la estatal?
-Codelco no ha tenido un período fácil. No han sido cuatro años silenciosos. No somos el directorio del precio alto del cobre. Han sido cuatro años donde ha continuado la instalación del gobierno corporativo que se inauguró en 2010. Pero se ha logrado congeniar una muy buena relación entre el directorio y la administración y no hemos tenido grandes conflictos laborales. Codelco ha tenido una buena evaluación. En 2017 logramos excedentes por US$ 2.885 millones, seis veces superiores a los de 2016, y eso da cuenta de exitosos resultados.
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¿Cuáles fueron los temas más complejos?
-Cuando recién se instaló la ley de gobierno corporativo, este directorio tuvo que enfrentar la baja del precio del cobre. Tuvimos que hacernos cargo de los proyectos estructurales y aplicar el criterio para ajustarlos. Es difícil hablar de una industria que tiene que producir excedentes permanentemente para el Estado y no mirar a largo plazo. Este directorio logró hacerlo con los proyectos estructurales y con los desafíos de sustentabilidad.
¿La pugna con Contraloría es parte de los temas complicados?
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-La definición de que si Codelco es una empresa estatal, pero que se rige por el mundo privado, o es una empresa estatal, que debe respetar las leyes de contratación pública, está en la Justicia. Pero, el conflicto es bien apetecido para los medios de comunicación y no lo ha sido tanto internamente. No ha generado tanta preocupación.
¿Cómo lo ve?
-Aquí hay facultades constitucionales que tiene el contralor y que todos las tenemos claras. Me parece que ninguna empresa del Estado, que maneje recursos fiscales, se puede negar a ser fiscalizada. Hasta ahora la fiscalización estaba siendo llevada por Cochilco, algunos han hablado de fortalecerla, me parece bien, pero es una decisión del ministro de Minería.
Entonces...
-Hay un espacio para mejorar todos los procesos internos y externos de control, pero todo ello tiene que armonizarse con la esencia del negocio, que tiene que ver con la información, la que es reservada y privilegiada, y que la misma Superintendencia nos pide mantenerla en reserva. Hay que tratar de compatibilizar correctamente el requerimiento de información.
¿Será decisivo lo que diga la Justicia?
-Siempre va a haber un espacio para que la Justicia ponga armonía donde hace falta.
Elección de directores
¿Cómo ha funcionado el gobierno corporativo?
-Estamos en un proceso de transición de la instalación del gobierno corporativo autónomo. Acá hay remoción y renovación parcial y gradual de los directores, lo que permite y pretende desvincular a la alta administración de la compañía de los ciclos políticos del país.
¿Se logró ese objetivo?
-Hay espacio para crecer en una mayor autonomía. Cuando el Servicio Civil (Alta Dirección Pública) sea una institución absolutamente autónoma y cuando la mayor parte de los cargos de la administración del Estado sean independientes del poder político de turno, uno podría hablar de profesionalización.
¿Eso quiere decir que la decisión no debería tomarla el Presidente?
-La revisión de todas las facultades del excesivo presidencialismo que hay en Chile, es un tema que hay que verlo en su conjunto para no aparecer en esta retórica de quitarle facultades al Presidente. No quiero caer en eso. Si efectivamente se va a revisar el modelo presidencialista en Chile, que es un modelo que tensiona mucho a los gobiernos en su instalación y que da problemas por la cantidad de cargos públicos que hay que designar en poco tiempo, sí es posible reforzar o remirar el modelo presidencialista, pero no hacer del tema de Codelco un asunto. Quiero quedarme con la idea de que hay espacio para mejorar y, sobre todo, diversificar a los integrantes de los directorios de las empresas públicas.
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¿Cuál sería la alternativa?
-Los nombramientos de los directores debieran ser en tiempos en que no tengan que ver con el momento mismo del cambio de gobierno. Se podría establecer una duración de tiempo que supere el período presidencial, de modo que cuando corresponda nombrar directores, esto no coincida con la instalación.
¿Falta más diversidad dentro de los directorios?
-No me queda tan claro que la diversidad sea entendida como un valor en las empresas públicas y privadas. Pero, en las públicas, el principio de la diversidad toma mayor relevancia, porque no me resulta gracioso que haya una única mujer directora, un único inmigrante o un único representante de los trabajadores.
¿Cree que eso tiene que ver con las críticas que recibió a su llegada?
-El haber sido ministra puede ser más interesante desde la mala política para desautorizarme ante la opinión pública y lo entiendo desde ahí. Un sector que genera tanto dinero para el país tiene espacios muy codiciados, entonces lo mas fácil fue decir que no sabía de derecho minero. Soy la única abogada del directorio, somos tres doctores y sólo Juan Enrique Morales, Raimundo Espinoza y Ghassan Dayoub vienen de la industria minera.
¿Qué le falta a Codelco?
-Le falta hacerse un poco más horizontal en sus relaciones humanas. Todavía es muy jerárquico y, por supuesto, a Codelco le faltan más mujeres.
¿Sería positivo que una mujer ocupara el puesto de presidente del directorio?
-Sería una maravilla, pero eso dependerá del Presidente de la República. Lo que pasó en Enap, con Loreto Silva lo encuentro espectacular. Que haya una presidenta ejecutiva o vicepresidenta o evitar la fuga de altas ejecutivas y que exista una preocupación especial, cambiaría la performance de Codelco. Seríamos mucho más productivos y eso incluyendo todo tipo de diversidades.
¿Cuál será el desafío del nuevo directorio?
-Terminar o avanzar en tiempo y en forma en los proyectos estructurales que nos van a permitir la subsistencia. Y también en las ingenierías, diseños, aprobaciones, permisos y financiamiento de los tres proyectos que están en espera. El desafío político tiene que ver con la comprensión del Ejecutivo de que Codelco es una empresa que requiere reinvertir en ella misma. La Ley de Capitalización termina este año y todos los directores tenemos entendido que la capitalización es un bien necesario para darle continuidad a los proyectos de la minera.