El presidente del gremio de la industria alimenticia expresó hace algunos días la legítima preocupación de su sector debido a algunas decisiones administrativas adoptadas por la autoridad que afectan al sector, básicamente porque estas tienen un carácter discrecional o están más allá de las potestades de ministerios y servicios. Esto incluye demandas del Servicio Nacional del Consumidor no notificadas, sino por la prensa, el anuncio de prohibición de inscripción de marcas e incluso aplicaciones extremas de la legislación y fuera del sentido común, como, por ejemplo, restricción de alimentos de Navidad. Según el gremio, además, los criterios de fiscalización tampoco son coherentes.
Los puntos que destaca el sector privado a simple vista son del todo coherentes, toda vez que resulta inexplicable que ante una misma ley no haya una unificación de criterios por parte de las autoridades, lo que en la práctica lo único que hace es generar incertidumbre entre lasempresas. Además, es necesario cuidar que la nueva legislación no se contraponga con las normas que ya rigen en el país, así como con las que Chile se ha comprometido a respetar a nivel internacional.
Sin duda, hay determinadas reparticiones que al parecer están extremando su celo regulador y sobrepasando sus atribuciones.