Roger Moore se estará revolcando en su tumba. Quienes se dirigieron esta semana al centro de esquí suizo de Crans-Montana, donde Moore vivió durante décadas después de interpretar al súper espía James Bond, encontraron los andarivel cerrados. Son víctima de una disputa financiera que estalló apenas semanas antes de una votación clave para establecer si se financia o no una propuesta local para ser sede de los Juegos Olímpicos de Invierno 2026.
El presidente del operador de elevadores Crans-Montana Aminona SA, Philippe Magistretti, recurrió a la web para responsabilizar a la localidad de Crans-Montana en una carta abierta por haberse negado a financiar un subsidio de 800.000 francos suizos (US$832.000) destinado a proyectos no rentables como las aperturas en temporada tardía y la realización de carreras por la Copa Mundial que obligan a cerrar los elevadores para los esquiadores recreativos. La ironía es que esta primavera ofrece nieve en abundancia, con una capa de 20 centímetros de nieve fresca que cayó el fin de semana pasado sobre las pistas de Crans-Montana y con no menos de cuatro metros de nieve cerca de los puntos más altos de la cima de 2.927 metros.
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Las autoridades municipales de la localidad de 11.000 habitantes no dejaban de hacer "incesantes preguntas" pese a que otros dos municipios suizos, Icogne y Lens, habían dado su aprobación al subsidio, escribió Magistretti. Esto es un insulto "al inversor principal", el multimillonario promotor inmobiliario checo Radovan Vitek "que salvó tanto la estación como la comunidad de Crans-Montana", escribió.
Magistretti dijo que esto lo dejó ante la única decisión racional: cerrar los elevadores.
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¿Ilógica?
Los tres municipios de Crans-Montana, Icogne y Lens emitieron un comunicado de prensa horas más tarde reconociendo el cierre con "profundo pesar".
"Cabe preguntarse cuáles son las motivaciones de la decisión de CMA, que no parece lógica desde una perspectiva económica y perjudica no sólo la imagen del centro sino también los intereses financieros de la compañía", dijeron las localidades.
La guerra de palabras y dinero surge en vísperas de un referéndum a realizarse el 10 de junio en el cantón suizo de Valais, que alberga otros centros de esquí famosos como Zermatt y Verbier, para decidir si se apoya una propuesta de Sion, capital del cantón, para ser sede de los Juegos Olímpicos 2026.
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Los organizadores suizos planean organizar todos los eventos emblemáticos del esquí alpino en Crans-Montana si la propuesta obtiene el apoyo popular necesario para avanzar.
Es probable que esta cuestión se resuelva con tiempo de sobra para 2026, pero resulta aleccionadora para los organizadores suizos en cuanto a la necesidad de tener un plan de respaldo cuando se depende de instalaciones existentes en manos privadas, dijo Jean-Loup Chappelet, profesor de gestión pública en la Universidad de Lausana.
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"Este cierre de los elevadores de esquí es algo por completo insólito en Suiza", dijo Chappelet, que estuvo a cargo de la propuesta anterior de Sion para los Juegos 2026 y fue ejecutivo del Comité Olímpico Internacional. "La cuestión del dinero es la que tendría que haberse resuelto mucho tiempo antes de Pascua".
"Fue un duro despertar para todos los involucrados", dijo Bruno Huggler, director de Crans-Montana Tourism. Le Matin, un tabloide local, fue más categórico y publicó como titular "Karma negativo para Sion 2026".