Las personas son el mayor activo de las compañías y por lo mismo resulta muy relevante atraer y retener a los mejores talentos para ser realmente competitivos. Dentro de ese marco la inclusión y la diversidad son un eje de crecimiento de las empresas modernas. Sin duda, la diversidad es una poderosa herramienta para el desarrollo de las organizaciones, en espacial cuando apunta al equilibrio de género, la representación de todas las generaciones, integración de personas con discapacidad, respeto a la diversidad étnica y cultural; y el respeto a la orientación sexual e identidad de género. En Chile estamos en etapas bastante iniciales en lo que respecto a diversidad e inclusión. Diversos estudios lo demuestran. En la primera consulta ciudadana sobre la discriminación en Chile (2013), el 52% de los encuestados afirmó haber sido excluido, mientras un 31% reconoce haber hecho diferencias de manera arbitraria en contra de otros, las que se dan mayoritariamente por apariencia personal (46%), le siguen ideología u opinión pública y nacionalidad con un 28 y 25% respectivamente. En tanto, Idioma, enfermedad y estado civil son los factores de menor segregación laboral.
Necesitamos realizar un cambio cultural para que cada día haya más organizaciones inclusivas. Si queremos generar cambios reales en Chile y el mundo, este tema debe dejar de ser visto como algo lejano a la realidad, debe formar parte de la misión, los valores y principios éticos de todas las empresas modernas que buscan permanecer en el futuro.
*Director general Sodexo