Los últimos días han sido intensos para el tipo de cambio local. Pese a que el golpe de volatilidad que inundó los mercados internacionales generó un efecto risk-off que afectó a acciones y commodities, la moneda chilena sólo ha tenido tres jornadas de caída en todo el mes.
Y ayer no fue la excepción: al cierre de las operaciones, el dólar cedió hasta su menor nivel desde noviembre de 2014 en los $593,4 tras registrar una contracción diaria de $1,8.
En cuatro días consecutivos a la baja, la divisa estadounidense acumula una caída de $10,5, mientras que en el mes suma una contracción de $8,3. Esto es precisamente lo que ha convertido al peso chileno en la tercera divisa que más ha subido en el mundo en lo que va de febrero. Sólo lo superan el yen japonés y el rand de Sudáfrica.
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Desde el mercado apuntan a que la presión que vive la paridad local es una combinación de factores internacionales y domésticos.
Por el lado internacional, el gran gatillador ha sido la debilidad del dólar multilateral (ver nota de la página 14), ya que "no ha podido repuntar" a pesar de que el último dato de inflación de EEUU superó las expectativas del mercado, señala Sebastián Senzacqua, subgerente de estrategia y economía de BICE Inversiones. Pese a las señales de optimismo para la primera economía del mundo, las monedas emergentes han tomado más impulso, dado que también tienen mejores expectativas de crecimiento para este año. "El escenario global es lo que está primando", explica el economista, por sobre lo que sucede en EEUU. Además, agrega, estas monedas -entre las que se encuentra la chilena- se han visto beneficiadas por la fortaleza reciente de los precios de las materias primas.
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En el caso local en particular, pese a que sufrió una corrección que lo llevó a los US$3,06, el metal rojo ha repuntado, alcanzando ayer los US$3,2196 por libra tras anotar un salto diario de 1,95%.
Las presiones alcistas domésticas por su parte, vienen de la mano de flujos de venta de dólares.
Estas enajenaciones, revelan datos del Banco Central, no provienen del exterior. Cifras de carry trade muestran que los últimos días los inversionistas extranjeros se han dedicado a desarmar posiciones en moneda local, por un total de US$1.100 millones en los últimos diez días.
Lo que está moviendo la aguja, dice Luis Felipe Alarcón, gerente de estudios de inversiones de EuroAmerica, son las ventas de locales, específicamente inversionistas institucionales. Ha habido traspasos de los fondos más riesgosos de AFP a vehículos más conservadores, explica, lo que ha hecho que las firmas salgan a vender dólares para liquidar sus posiciones en acciones denominadas en dólares, que suman la mayoría de la cartera de renta variable de los fondos.
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Los ejecutivos destacan que la presión sobre el tipo de cambio podría seguir en el corto plazo, pero que eventualmente va a recuperar terreno en la medida que se eleve la inflación en EEUU.