En su primera sesión bursátil desde la bullada reunión de la Reserva Federal de EEUU, el tipo de cambio operaba al alza, siguiendo la tendencia de depreciación del peso chileno tras la pausa de la sesión de ayer. A las 10.30, el dólar se levantaba $2 hasta los $607,8.
El retroceso del peso local se dio en línea con una caída generalizada de las monedas de economías emergentes frente al billete verde. Entre las principales monedas de América Latina, ninguna ganaba terreno en el momento. Las pérdidas en la región las lideraba el real brasileño con una contracción de 0,95%.
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Estos movimientos se dan luego de que el mensaje de la Fed dejara mensajes mixtos entre los inversionistas luego de decidir elevar las tasas de interés, como se anticipaba. Por un lado, se mantiene como más probable el escenario de dos alzas adicionales para este año, como se anunció en diciembre del año pasado. Por el otro, las proyecciones de tipos de interés de los consejeros del central estadounidense se pusieron más restrictivas, o hawkish, mirando a 2019 y 2020.
La expectativa de una Fed más agresiva en la normalización de la política monetaria afecta a los activos de riesgo, como las monedas emergentes. Además del factor monetario, el alza de tasas en EEUU desincentiva el carry trade, al reducir el diferencial de tasas y, por consiguiente, las ganancias en este tipo de operaciones.
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Las últimas semanas eso es exactamente lo que ha pasado en el mercado cambiario chileno. Según cifras del Banco Central, en lo que va de marzo los inversionistas off shore han desarmado posiciones a favor del peso chileno por un total de US$1.357 millones. Esto, comentan agentes del mercado, le ha dado un soporte adicional a la apreciación del dólar-peso.