El Banco Central Europeo (BCE) confirmó que la recuperación de la eurozona sigue en marcha. Y es que ayer abandonó su promesa de largo tiempo de incrementar las compras de bonos en caso de ser necesario, dando otro pequeño paso para independizar a la economía de la zona euro de un prolongado estímulo monetario, mientras elevó modestamente la previsión de la economía para 2018.
El presidente del BCE, Mario Draghi, reveló una mejora en la previsión del crecimiento económico de la zona euro a 2,4% desde el ritmo de 2,3% anticipado anteriormente. Las proyecciones de 2019 y 2020 se mantuvieron sin cambios en 1,9% y 1,7%, respectivamente.
[ze_adv position="adv_300x100" ]
"La información entrante, incluyendo las proyecciones de nuestros técnicos, confirma el impulso del crecimiento fuerte y generalizado en la economía del área del euro, que se proyecta con una expansión en el corto plazo a un ritmo algo más veloz de lo previsto anteriormente", dijo el funcionario.
No obstante, Draghi citó el "creciente proteccionismo" como un riesgo, y si bien juzgó que cualquier impacto directo de los aranceles estadounidenses al acero y el aluminio sería limitado, dijo que una acción de EEUU aumentaría las preocupaciones acerca de las relaciones internacionales. "Si uno coloca aranceles contra quienes son sus aliados, uno se pregunta quiénes son los enemigos", dijo. En la jornada, el euro bajó 0,80%
[ze_adv position="adv_300x250-A" ]
Estímulo
El central mantuvo toda su política en general sin cambios y dijo que aún podría extender su esquema de compras de bonos por 2,55 billones de euros (US$3,16 billones) más allá de septiembre en caso de requerirse tal medida, aunque omitió una referencia a compras más grandes.
Esto fue una señal de que la entidad continúa en camino a poner fin antes del cierre del 2018 un programa de alivio que ya lleva tres años.
Después de revivir el crecimiento económico de la zona euro con un estímulo generoso, el BCE ha estado reduciendo el apoyo en dosis minúsculas, temiendo que cualquier modificación grande pueda deshacer su labor y forzar a una reversión en su política que sería vergonzante y dañina para la economía.