Muchos sueñan con emprender, pero en el 90% de los casos,  los proyectos no se logra concretar. La mala comunicación, una baja motivación en el equipo, la falta de planificación o tener objetivos poco claros son algunas de las razones para que ello ocurra. Para esto han surgido varios métodos y uno de los que se está poniendo más de moda se llama Dragon Dreaming.

Diseñado por el australiano John Croft, junto a GAIA Foundation y en cooperación con la Universidad de Western Australia y el Banco Mundial, es el resultado de un trabajo de 30 años, pensado para el desarrollo de una cultura más sostenible y humana basada en la gestión de proyectos. Su fin es ayudar tanto a los individuos, como a equipos y organizaciones en el desarrollo de proyectos sostenibles, teniendo como premisa que su desarrollo, hará a los involucrados crear y trabajar en equipo, ser más felices y materializar sus sueños. Por eso, el término se refiere a la posibilidad de atreverese a cumplir los sueños que todos tenemos en nuestros “dragones internos”.

“La mayoría de los sistemas de gestión de proyectos, se inicia con la construcción de una visión, una misión, metas y objetivos. Después viene la estrategia. Sin embargo, ese tipo de teorías de gestión tienden a ser increíblemente lineales, usando el lado izquierdo del cerebro”, manifiesta Croft. Además agrega:  “Lo que hacemos con Dragon Dreaming es tomar un proyecto y lo convertimos en un tablero de juego. Tomando a las personas adecuadas, trabajando unidos. Una vez que el juego está terminado, el proyecto está completo”.

Aborígenes australianos

Croft elaboró esta metodología desde junto a su esposa y lo realizó  principalmente, mezclando los métodos tradicionales de la gestión de proyectos, con la teoría de sistemas y una visión sustentable basada en la rama filosófica de la ecología profunda. Además, tiene en cuenta la visión holística de los aborígenes australianos.

Así, a través de cuatro etapas ( soñar, planificar, hacer y celebrar) busca cambiar algunos paradigmas en la organización. Por ejemplo de la cultura exitista de ganar o perder, propone que todo se transforma en ganar, incluyendo los fracasos, porque dejan una enseñanza a los involucrados. Desde el trabajo individual, propone dejarlo atrás para dar paso a el desarrollo de la inteligencia colectiva. También plantea no tener miedo al caos y que, en algunas instancias, los integrantes salgan de su zona de comodidad. De acuerdo a la propuesta, se debe invertir el 25% de todos los recursos en cada fase.

Sin embargo, uno de los puntos más fuertes de esta metodología está basado en la comunicación. De los diálogos rígidos, propone que exista una “comunicación carismática”.

Croft, desde hace algunos años, viaja por el mundo promoviendo la implementación de Dragon Dreaming para la gestión de proyectos, método que se ya se usa en más de 30 países. “Esta forma de hacer negocios sirve para proyectos de todos los tamaños, tanto pequeños como enormes”, comenta el co-creador de esta metdología.

La propuesta en 4 pasos:

Paso 1, soñar:

Croft propone que al inicio de cada proyecto se comience con un sueño individual, que debe a su vez morir y ser reemplazado por un sueño colectivo a través de la formación de equipos, consiguiendo que sea más poderoso.  “Cada uno de los proyectos que se han desarrollado en el planeta parten como un sueño individual. Para hacer su sueño realidad, no puede mantenerse de esa manera. Si usted está realmente convencido de querer realizarlo, el primer paso es compartirlo”, sostiene Croft.

Paso 2, planificar:

En esta fase se crea una estrategia que incluye una agenda de tareas, tiempo y presupuesto que permita experimentar para ir aprendiendo de la forma más rápida posible.

Paso 3, actuar:

Es en esta etapa en que se implementa y monitoriza con el fin de adaptar la planificación, el tiempo y costos. Esto se hace a través del tablero Karrabyrdt, una herramienta de diseño sacada de los aborígenes australianos.

Paso 4, celebrar:

En esta fase es donde se aprende a construir comunidad, mantener el sueño y la motivación. Una de las formas es a través del descubrimiento de las capacidades adquiridas en el proceso.