El acuerdo entre Petrobras y Southern Cross, mediante el cual el fondo de inversión tomará el control total de los activos de distribución de combustibles de la brasileña en el país, está cerrado hace semanas. A pesar de ello, la materialización final del acuerdo y el anuncio oficial aún no ocurren.
¿La razón?
El directorio de Petrobras todavía no ratifica el acuerdo, aún cuando todos los detalles ya están listos. Según trascendió, uno de los factores que todavía no le cierran a los integrantes del directorio de la brasileña es la duración de la licencia y los términos bajo los cuales Southern Cross, el futuro dueño de la cadena de distribución de combustibles, podrá operar la marca Petrobras.
Lo que buscaría el fondo de inversiones ligado a Raúl Sotomayor y Norberto Morita es llegar a un acuerdo similar al de Enex, la empresa de propiedad del grupo Luksic, con Shell. Este ha permitido a la filial de Quiñenco seguir operando con la bandera de la holandesa, lo que ha facilitado su inserción en el mercado y su plan de expansión, pues Shell es una marca reconocida y con un valor importante de acuerdo con mediciones de atributos.
En el caso de Petrobras, aunque la marca no tiene el peso de Shell y mucho menos el de Copec, a Southern Cross se le haría mucho más fácil ingresar a este mercado bajo paraguas.
Otro factor relevante es que la inversión en cambio de marca es bastante costosa, pues obliga practicamente a remodelar todas las estaciones de servicio. Precisamente, cuando la colombiana Terpel tomó el control de YPF en 2007, debió recurrir a una fuerte inversión para cambiar la imagen de las estaciones de servicio, mismo gasto que debió efectuar la propia Petrobras al adquirir la cadena Esso. Ambas terminaron saliendo.
En Chile, la brasileña Petrobras opera unas 270 estaciones de servicio de Arica a Punta Arenas, cerca de 130 tiendas de conveniencia Spacio 1, seis centros de lubricación y centros de lavado, entre otros activos. Además, atiende a clientes industriales, de aviación, y flotas marítimas.
En términos de mercado, Petrobras alcanzaba a 2014 -último dato disponible- el 12,7% del total, mientras que Enex, bajo la marca Shell, alcanza el 21%. La líder induscutida de este segmento es Copec, empresa que de acuerdo con datos internos logró en 2014 el 58,8% del total. Cierra “otros” con el 7,5%.
El plan de Petrobras
La enajenación de activos se enmarca en el plan de desinversión para el periodo 2015-2016 anunciados por la brasileña el 29 de junio de este año.
En total, la empresa espera recaudar US$15.100 millones: un 30% en E&P, 30% en abastecimiento y el 40% en gas y energía.
A diciembre, dicho plan solo había alcanzado cerca de un 3% de la meta. El programa también prevé esfuerzos en reestructuración de negocios, desmovilización de activos y desinversiones adicionales, por un total de US$ 42,6 mil millones en 2017-18.
Actualmente, la petrolera tiene una deuda cercana a los US$130.000 millones, la mayor en relación con sus pares petroleros. Además de los escándalos de corrupción que ha tenido que enfrentar este año, la estatal se ha visto seriamente afectada por la depreciación del real brasileño y la caída del petróleo.
Dentro del proceso de venta de la cadena Petrobras Chile, también participó Puma Energy International, filial de la comercializadora de commodities holandesa Trafigura. Se trata de una compañía que tiene operaciones en 45 países del mundo y tiene entre sus filas -al mando de sus operaciones en Latinoamérica-, al ex Petrobras Rodrigo Zabala, quien se desempeñó por 11 años en los sectores de Fusiones y Adquisiciones, Planificación de la Logística de Refinación y Comercialización en Argentina, Brasil y Chile de la estatal brasileña.
Otro que estuvo interesado en el proceso fue Primax, propiedad de la peruana Grupo Romero.