La economía brasileña creció 1% en 2017 un resultado que estuvo en línea con lo esperado y que confirma la salida del país de una de las peores recesiones de su historia, mostraron este jueves datos oficiales.

La mejora frente a 2016 fue liderada por el desempeño del sector agropecuario (13%) y en menor medida por los servicios (0,3%). La industria, en tanto, se mantuvo estable.

El promedio de los analistas consultados por la agencia Bloomberg esperaban una expansión anual del Producto Interno Bruto de 1,1%. También estimaban un crecimiento del 0,4% en el cuarto trimestre de 2017, respecto del trimestre anterior en la medición con ajuste estacional, bastante por encima del 0,1% informado por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (Ibge).  "Fue el cuarto resultado positivo consecutivo de esa comparación", señaló.

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La economía brasileña experimentó una fuerte contracción en 2015 y 2016, ambas de 3,5%, redondeando un ciclo negativo que combinó recesión, alta inflación y una aguda crisis política.

La actividad comenzó a recuperarse en el primer trimestre del 2017, inicialmente de la mano del agro y de las exportaciones, para luego mostrar una reactivación incipiente en el consumo de las familias.

El gobierno proyecta para 2018 una expansión del 3%, en tanto que el mercado prevé una del 2,8%. En la víspera, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) divulgó una estimación aún menos optimista: entre 2,2% y 2,4%.

Tras la debacle del 2015 y el 2016, Brasil logró poner bajo control la inflación y abrió un ciclo de recortes de la tasa de interés para empujar una reactivación de la actividad que la llevó a su mínimo histórico de 6,75%.

Pero el país aún lucha contra un desempleo elevado, que golpea a 12,7 millones de brasileños, y un déficit fiscal creciente alimentado por el sistema de jubilaciones, principal responsable del rojo en las cuentas públicas.

El gobierno no logró reformar el sistema provisional, objetivo autoimpuesto como vital para su gestión, lo que motivó una reacción negativa del mercado: S&P Global Ratings y Fitch rebajaron la nota de riesgo soberano de Brasil, alegando el riesgo de que el país no consiga tapar su déficit.

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Brasil celebrará en octubre sus elecciones presidenciales, un proceso que se anticipa como el más incierto desde el retorno de la democracia en 1985.