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Editorial: Más que el puente, su objetivo

El ministro de Obras Públicas viajó a Asia para interiorizarse en tecnologías de puentes de mayor extensión. Por ingeniería, dimensiones y costos asociados, tanto en China como en Corea del Sur habría encontrado modelos que servirían para proyectar la mega obra que el gobierno busca implementar para unir el continente con la Isla Grande de Chiloé. Pero más allá del puente propiamente tal, la comitiva chilena habrá tomado nota del objetivo que persiguieron las autoridades correspondientes al llevar a cabo estos proyectos. Como en el caso del puente Jiangyin, el sexto puente colgante más largo del mundo, inaugurado en 1997 para cruzar el río Yangtzé y facilitar la conexión con una de las zonas económicamente más pujantes de China. O el colosal puente de Donghai, muy por encima de las pretensiones chilenas, con sus 32,5 kilómetros de longitud para acceder al puerto con mayor tráfico de contenedores del mundo.

Avanzar en la definición del proyecto y su tecnología es clave para determinar el costo efectivo de la iniciativa y su viabilidad actual o futura con los US$740 millones que pretende destinar el gobierno. Pero no basta con centrar la atención en la ingeniería, también hay que discutir el objetivo del proyecto, el potencial que representa para la zona a integrar y, en ese marco, su retorno en lo inmediato.

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