Lideró el Consejo Nacional de Innovación y hoy se desempeña como vicepresidente ejecutivo de Corfo. Eduardo Bitran da algunos detalles de la agenda de innovación y emprendimiento propuesta por la Presidenta Michelle Bachelet.

¿Por qué implementar una agenda como ésta?
-El tema es  central porque Chile tiene un problema de productividad. Viene desde principios de la década pasada en que algunos sectores de recursos naturales empiezan a tener límites y nuestra estrategia país estaba muy centrada en ello. Esto se convierte en uno de los factores más fuertes que empieza a golpear el crecimiento de productividad. El crecimiento pasa de tasas que eran de 2,5% al orden del 1%.

¿Qué se debe hacer para tener crecimiento de ese orden?
-Para poder tener de verdad un crecimiento interesante, digamos del orden del 5% en los próximos 15 años y así meternos definitivamente en el mundo desarrollado, es necesario tener un aumento en la tasa de crecimiento de productividad total de factores y ojalá, ponernos como meta país conseguir que estas tasas estén entre el  1,5% y 2%.  Sería un avance notable  desde lo que ha venido ocurriendo.

Si  ya se cumplió un ciclo ligado a materias primas, ¿qué es lo que viene?
-Hay otros países como Australia, Canadá o Finlandia que también eran muy ricos en recursos naturales y pudieron seguir creciendo, pero lo que hicieron fue, básicamente,  invertir en capital humano y al mismo tiempo, desarrollaron la capacidad de  innovar y emprender, lo que permitió generar un círculo virtuoso entre la inversión de capital humano y una  demanda más sofisticada de aquellas empresas que se fueron insertando en estas economías.

¿Qué incidencia tendrá la reforma tributaria en la formulación de este círculo virtuoso?
- El tema para Chile es que con la reforma tributaria vamos a hacer una inversión fuerte en capital humano y que ya se ha venido haciendo a través de becas y otros incentivos. Pero no hemos avanzado lo  suficiente en generar un emprendimiento dinámico sofisticado con contenido tecnológico, con alto potencial de crecimiento y un desarrollo empresarial en que la innovación es un factor fundamental en las estrategias de negocio.

¿Cómo ve el estado de innovación en Chile?
- En las estadísticas, los niveles de innovación empresarial -que salen de las encuestas de innovación- vienen declinando desde el 2004-2005, momento en que llegó el peak de diversificación exportadora que se ha estancado. La agenda de innovación busca generar una inflexión a una economía más sofisticada, más basada en conocimiento, con mayor demanda de capital humano calificado. Para hacer eso creemos que hay que desarrollar varias líneas estratégicas instrumentales.

¿Cómo generar un entorno donde el emprendimiento sea más dinámico?
-Del mundo de las startup surge la posibilidad de crear nuevos  productos, servicios y procesos que se insertan en Chile, pero que son globales. Un eje fundamental es pasar de un esquema en que se subsidia de forma directa a una visión mucho más sistémica, donde se crea un ecosistema para el emprendimiento dinámico. Donde se da cuenta que es necesario crear capacidades  de mentores de redes, financiamiento de riesgo en etapa temprana, una figura que no hay en Chile.

Se ha hablado del cambio de orientación de Start-Up Chile, más ligado a regiones, ¿qué es lo que se busca?
-La idea es tener un ecosistema de innovación y emprendimiento, pero ese ecosistema no puede darse sólo en Santiago. Hay que desarrollarlo  a lo largo del país. De esa manera se va a producir una fertilización cruzada hacia ambientes en universidades, teniendo muchísimo más impacto. También creemos que hay que cambiar un poco la composición, traer a más latinoamericanos, que se creen más empresas binacionales. Y así se irá produciendo un crecimiento positivo no sólo para Chile, sino para la región.

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