Un voto “Sí” a la independencia sería un error económico para Escocia y un desastre geopolítico para el oeste, dijeron a Financial Times figuras de alto rango de EEUU, incluyendo a Alan Greenspan, a medida que Washington despierta a la posibilidad de que su aliado más cercano podría desintegrarse esta semana.

Habiendo asumido desde hace meses que el “No” ganaría cómodamente, Washington ha reaccionado con alarma a las encuestas de opinión que muestran que el referéndum del jueves se definirá en último momento.

Greenspan, ex presidente de la Reserva Federal de Estados Unidos, dijo que las consecuencias económicas de la independencia serían “sorprendentemente negativas para Escocia, más de las que el partido nacionalista ha comunicado”.

“Sus previsiones [nacionalistas] son tan inverosímiles que realmente deberían ser descartadas”, declaró.

A pesar de las reivindicaciones nacionalistas en contra, Greenspan agregó que no había ninguna posibilidad de que Londres acordara una unión monetaria.

“No hay manera concebible, creíble, de que el Banco de Inglaterra va a sentarse allí como un prestamista de última instancia a una nueva Escocia”, dijo Greenspan.

Muchos funcionarios estadounidenses combinan las raíces ancestrales en Escocia, el conocimiento de la influencia de la Ilustración escocesa en la Constitución de EEUU y los fuertes lazos emocionales con el Reino Unido, un aliado con el que EEUU ha luchado durante 100 años.

“Una ruptura con el Reino Unido implicaría una disminución de Gran Bretaña y una tragedia para el oeste, justo en un momento en que EEUU necesita aliados fuertes. Sospecho fuertemente que tampoco funcionaría bien para los escoceses”, indicó Robert Zoellick, ex subsecretario de Estado y el presidente del Banco Mundial.

El senador John McCain, ex candidato presidencial republicano que se refiere al Reino Unido como principal socio militar y de inteligencia de Washington, se mostró reacio a comentar sobre un asunto interno de otro país. “Pero no veo cómo podría ser útil, no sólo en lo que se refiere a los lazos de inteligencia, sino también a la relación militar única”, dijo.

EEUU está especialmente preocupado de que un voto escocés “Sí” podría aumentar las posibilidades de que el resto del Reino Unido vote para salir de la UE, algo que los funcionarios estadounidenses creen que lo haría un socio mucho menos potente.

A EEUU le gustaría que Gran Bretaña permanezca como potencia nuclear, pero a algunos funcionarios les preocupa la capacidad de un Reino Unido más pequeño para sostener otras fuerzas convencionales, junto al pago de las armas nucleares.

Pensadores de política exterior también temen que un voto escocés a favor alentaría a Rusia -sobre todo en Ucrania- y la capacidad de Europa para montar una respuesta unitaria.

“Rusia podría argumentar que los movimientos separatistas en realidad son perfectamente legítimos, ya sea en Crimea o en el este de Ucrania”, dijo Ivo Daalder, ex embajador estadounidense ante la OTAN y ahora presidente del Consejo de Chicago en Relaciones Globales.

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