Estados Unidos terminó este jueves con la política llamada “pies secos y pies mojados”, que permitía a los cubanos conseguir la residencia permanente automáticamente, incluso si es que ingresaban al país clandestinamente.

"Los cubanos que traten de ingresar al país ilegalmente y que no califiquen  para alivio humanitario estarán sujetos a remoción, de acuerdo con las leyes y  prioridades de Estados Unidos", expresó el presidente Barack Obama en una nota  divulgada por la Casa Blanca, agregando que se trataba de una política para “una era diferente”.

El anuncio se dio a una semana de que Obama abandone la Oficina Oval y entregue el mando al republicano Donald Trump, que ya aclaró que pretende retomar una línea más firme en las relaciones de su país con Cuba.

Al mismo tiempo, Estados Unidos dejó sin efecto un programa especial que  permitía a médicos cubanos solicitar asilo a las autoridades estadounidenses en  cualquier país del mundo.

Sin embargo, se mantuvo la Ley de Ajuste Cubano, que establece un mecanismo de trámite acelerado para que los ciudadanos cubanos que ingresen legalmente obtengan la ciudadanía.

Aquellos cubanos que ya tengan un proceso de regularización en marcha  podrán continuar los trámites, pero el sistema ya no aceptará más solicitudes  de residencia al abrigo de esta política.

El gobierno de La Habana había reclamado a Washington tomar este tipo de  medida para cortar el flujo masivo de ciudadanos cubanos que intentan llegar a  Estados Unidos.