El gobierno de EEUU está preparado para asumir una pérdida de US$10 mil millones por su rescate por US$45.900 millones de General Motors tras decir que podría vender su 2,2% restante en el fabricante de automóviles para fin de año.

La desaparición del gobierno en la participación de GM marcaría el fin de cinco años de intenso involucramiento en la industria automotriz del país. General Motors, el mayor fabricante de automóviles de EEUU por ventas, fue rescatado a través de una quiebra administrada en 2009.

Una pérdida de US$10.000 millones representaría la mayor pérdida única del gobierno de un rescate de la era de la crisis.

El gobierno dijo ayer que había vendido 70,2 millones de acciones más, reduciendo su participación en GM a apenas 2,2%. Esa participación vale US$1.200 millones, basado en el precio de la acción de ayer. El gobierno ya ha recuperado US$38.400 millones.

El departamento del Tesoro ha argumentado consistentemente que los beneficios de rescatar a GM -que emplea a 87 mil personas directamente en Estados Unidos, 220 mil en todo el mundo y que apoya una red de cientos de miles de empleos en otros puestos en EEUU- superaba ampliamente los costos.

El rescate fue brevemente un tema en la elección presidencial del año pasado, aunque Mitt Romney, el candidato republicano, retrocedió en su posición inicial de que el presidente Barack Obama debiera haber dejado a las automotrices quebrar.

Tim Bowler, subsecretario asistente del departamento del Tesoro, dijo ayer que la intervención del gobierno en la industria -en la cual también administró la quiebra y el rescate de Chrysler- había ayudado a rescatar más de un millón de empleos.

Ford, la tercera de las Tres Grandes automotrices de Detroit, fue lo suficientemente fuerte desde el punto de vista financiero para sobrevivir sin quebrar. Chrysler, ahora controlada por la italiana Fiat, devolvió todos los créditos al gobierno estadounidense y recompró la participación del gobierno en la compañía en 2011.

"Si no hubiéramos actuado para apoyar la industria automotriz, el costo para el país hubiera sido sustantivo -en términos de pérdidas de empleos, pérdidas de ingresos tributarios, menor producción económica y otras consecuencias", dijo Bowler.

La acción del gobierno ha permitido a la industria -ahora uno de los puntos más brillantes de la manufactura estadounidense- rebotar, dijo Bowler.

El gobierno empezó a deshacer su participación en GM en diciembre, cuando vendió 40% de su participación en GM por US$5.500 millones. El Tesoro dijo entonces que intentaba vender su restante 19% de participación en "12 a 15 meses".

El precio de las acciones de GM ha tenido un buen desempeño desde que se anunció el retiro.

Ayer, las acciones subieron 3,1% a US$38,86, un 52% superior que su cierre un día antes de que el Tesoro anunciara su propuesta de venta de acciones en diciembre.

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