El CPTPP "es un acuerdo muy oportuno, porque en este momento hay muchas presiones proteccionistas", señalaba ayer el canciller Heraldo Muñoz tras la firma del pacto transpacífico, haciendo referencia a lo que estaba por ocurrir sólo dos horas después en Washington. Donald Trump, que retiró a EEUU del TTP original a tres días de su llegada a la Casa Blanca, oficializó el establecimiento de aranceles de 25% al acero y 10% al aluminio, ignorando la lluvia de críticas que recibió a todo nivel y tanto fuera como dentro del país.

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Las acciones de la primera economía mundial fueron comentario obligado en los pasillos del Crowne Plaza en Santiago, donde se reunieron los socios del nuevo pacto. El ex Presidente Ricardo Lagos fue uno de los que se pronunció al respecto, asegurando que el TPP-11 es "una respuesta a la eventual guerra comercial que quiere desatar el Presidente de Estados Unidos".

Sin embargo, la medida presentada ayer por Trump resultó ser menos severa de lo que se planteó inicialmente, particularmente para mexicanos y canadienses. Los vecinos, que forman parte del CPTPP, reclamaban que el comercio injusto que alega Trump no aplica a ninguno de ellos.

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En la comercialización de acero, EEUU tiene un superávit con ambos países. Además, levantar barreras resultaría completamente inoportuno en este momento, considerando la renegociación de Nafta que está actualmente en curso.

"Dada la relación particular que tenemos con Canadá y México, vamos a detener los aranceles para los dos, para ver si somos capaces o no de llegar a un acuerdo en el Nafta", indicó el Presidente, rodeado por trabajadores siderúrgicos y altos funcionarios de su gobierno. "Si llegamos a un acuerdo en el Nafta, veremos dentro del mismo acuerdo que no tengan aranceles ni México ni Canadá. Si no llegamos a acuerdo (...) empezará todo de nuevo. Pero tengo la impresión de que llegaremos a un acuerdo", añadió el mandatario, quien también dio espacio para que otros "aliados" queden exentos de los aranceles.

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La mirada de Trump

Pero la flexibilidad del Jefe de Estado llegó hasta ahí. Todo su discurso denotó el enfoque proteccionista que tiene del intercambio comercial y que pretende llevar a la práctica con más medidas.

Donald Trump sostuvo que su administración está reaccionando a un verdadero "asalto" a su país. "Las acciones que se están tomando hoy no son una opción, son una necesidad para nuestra seguridad", afirmó.

El panorama que ve el mandatario es completamente devastador y lo justifica con datos como los US$800.000 millones anuales de déficit que registra el país, que han sido ignorados por sus antecesores en lo que considera un error histórico.

"Nuestras fábricas se pudrieron y se oxidaron por todas partes; comunidades prósperas convertidas en pueblos fantasmas. Los trabajadores que sirvieron sus almas para construir esta gran nación fueron traicionados. Pero esa traición ha terminado", relató.

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Pero no son sus socios del Nafta ni sus aliados europeos de la Otan los que más preocupan al mandatario. Es con China con quien tiene más cuentas pendientes.

Más medidas

Durante la semana, Trump ya había referido a su vínculo comercial con la segunda potencia económica mundial. "Se le ha pedido a China que desarrolle un plan para el año de una reducción de un billón de dólares en su enorme déficit comercial con Estados Unidos. Nuestra relación con China ha sido muy buena, y esperamos ver con qué ideas vuelven. ¡Debemos actuar pronto!", tuiteó.

No obstante, el Presidente no debe estar conforme con la respuesta de Beijing, porque ya se prepara para tomar medidas y hacer "justicia".

Para explicar sus intenciones citó al celebre CEO de Tesla, Elon Musk. "¿Cree que EEUU y China deberían tener reglas equitativas y justas para los automóviles? Es decir, los mismos aranceles de importación, limitaciones de propiedad y otros factores", dijo ayer Musk en un tuit en respuesta a otro de Trump. "En general, estoy en contra de los aranceles de importación, pero las reglas actuales dificultan las cosas. Es como competir en una carrera olímpica con zapatos de plomo", agregó el empresario tecnológico.

Trump replicó al pie de la letra esas palabras y procedió a explicar el programa de impuestos recíprocos en el que trabaja su administración. "Si China nos grava con 25% o India con 75%, nosotros no lo hacemos. Ahora vamos a usar los mismos números", detalló.