Eilon Adar: "Chile necesita un diálogo abierto en torno al agua"
En Israel la disponibilidad de agua es un tema que afecta hasta el ánimo de las personas. Es tal la escasez, que eso ha llevado a este país a desarrollar sistemas de eficiencia que sorprenden al resto del mundo. "Una vez en mi oficina recibí una llamada para decirme que tenía una filtración en la manguera de mi jardín. Si la gente ve que el agua se pierde, se preocupa", cuenta el hidrólogo Eilon Adar que estuvo la semana pasada en Chile.
El director del Instituto Zuckerberg de Investigaciones sobre el Agua, dependiente del Instituto Blaustein de Estudios del Desierto de la Universidad Ben Gurión, vino a al seminario "Distintas alternativas de uso de aguas subterráneas, organizado por la Escuela de Recursos Naturales de DUOC UC.
Adar cuenta que tuvo la oportunidad de ver los temas del uso del agua en el sector de agricultura, algunos relativos a la industria minera y, principalmente, temas relacionados con las autoridades locales, municipalidades. "Revisamos la situación relativa a las condiciones del agua asociadas a la agricultura, municipalidades y un poco en la industria de la minería".
Sabemos que en Chile y en general en el mundo, la agricultura es la que usa el 70% del agua, pero no es donde se es más eficiente.
Eso no es cierto. No en mi país. De acuerdo a lo que vimos en el seminario, la eficiencia en el riego en Chile es alrededor del 50%. En Israel la eficiencia en el uso del agua es en torno al 89% a 90%.
Por eso Israel es un modelo
Y cuando hablas de modelo, quieres decir que se puede aplicar. Hay algo que podemos llevar adelante.
¿Cuál es su opinión de la situación del campo en Chile?
Lo poco que pudimos conocer y de lo que tuvimos oportunidad de conversar y de lo que están muy preocupados, principalmente, es de la cantidad de agua que tienen, especialmente en zonas como Petorca, donde además importa la calidad del agua. Hay mucha preocupación. Preocupación por el futuro de sus campos, de que sean capaces de tener los suficientes productos, porque tienen cada vez menos agua. Cuál es el impacto del agua contaminada en la salud, en la calidad de los árboles, en la calidad de las frutas.
¿Cuál es su solución para ellos?
No, no, no. No espere de mí que entregue una sugerencia sobre cuál debería ser la solución. Es poco realista. En unos cuantos días no puedes tener una idea completa. Tiene que ser estudiado y esa es mi sugerencia. Establecer una investigación rigurosa, con métodos y tecnologías modernas para mitigar los actuales problemas del agua en los ríos, en las regiones del norte de Chile. Entender cuál es el estado actual de la situación, la disponibilidad de agua, la capacidad de almacenamiento, alcanzar un monto planificado, entonces considerar qué debería ser hecho para distintos escenarios en el futuro. Y esto debe hacerse de manera asociada entre la industria minera y la agricultura. Tienen que hacerlo juntos. No puedes separar los asuntos del agua asociados a la minería y los asuntos del agua asociados a las comunidades y los de la agricultura. Es la misma agua, tiene que haber una aproximación holística y comprehensiva del asunto.
En el norte además tenemos unos problemas de contaminación
Déjeme decirle algo al respecto. Incluso si el agua está contaminada, no es el fin del mundo. Hay métodos que tenemos para tratar el agua. Podemos remover metales, remover arsénico, es sólo un asunto de dinero. Técnicamente es posible e incluso económicamente debería ser posible. Por cierto, para el consumo doméstico no hay precio. Tiene que ser hecho. Cada municipalidad debería facilitar el tratamiento del agua. Con la salud no se juega.
¿Qué soluciones han desarrollado en Israel para este tipo de problemas y que pudieran ser exportables?
En todas partes el tipo de contaminación es diferente. Así que si te digo que en Israel somos capaces de disolver explosivos desde el agua, no es relevante para Chile. Pongámoslo así. Si hay algo que puedes poner en el agua, también puedes removerlo. La pregunta es si se puede hacer desde el punto de vista económico. Y que eso sea posible depende de lo que quieras hacer con esa agua. Si es para uso doméstico, no hay dudas sobre el costo. Mereces la mejor calidad de agua. Si vas a usar esa agua para tomates, para hacer lingotes de oro o para la industria electrónica, cada uno de esos sectores demandas distintas calidades de agua. Depende. Lo que suele suceder es que a cada compañía les entregas la misma agua, pero cada industria la puede tratar puertas adentro. Eso es una solución. Y funciona. Pero no puedo recomendar una solución para cada usuario, para cada cuenca. Tienes que estudiar la situación y optimizar la mejor solución en todos los aspectos.
Ustedes tienen un camino adelantado, tienen tecnologías desarrolladas, un conocimiento, del que podríamos aprender, independiente de que los problemas sean distintos.
La mejor cosa que puedo pensar es considerar una plataforma, acá en Chile, donde se inicie un diálogo abierto en torno al agua. Entre los stakeholders, agricultores, compañías mineras, autoridades. Este diálogo debería liderar la solución. Mi impresión, tal vez estoy equivocado, es que acá cada sector resuelve por separado y no hay un diálogo abierto. Pero debe ser un diálogo abierto para tratar todos los aspectos: físicos, químicos, sociales. Es una especie de diálogo impuesto por la autoridad. Entonces, cuando se alcanza una conclusión, la autoridad debe, y enfatizo, debe, encontrar la manera de implementar esos acuerdos.
Usted plantea que cuando se trata de la salud, no hay precio. Pero el asunto es que en lugares donde el agua está contaminada, sigue así. Entonces, ¿cómo resolvieron en Israel ese primer acuerdo ético?
En Israel el agua fue nacionalizada. No conversamos sobre derechos de agua, sino que del derecho al agua. Es diferente. El agua es un commodity nacional y hay una autoridad nacional del agua muy poderosa. Tienen el poder de decidir cuánta agua vamos a explotar del subsuelo, cuánto de los lagos y cuánta debe ser desalinizada. Tiene el poder de distribuir el agua por cada sector, por cada municipalidad y poner el precio. Entonces, regulando la cantidad y el precio, crearon una plataforma para negociar. Cada casa tiene asignada una cantidad de agua por mes, en un precio relativamente bajo. Si consume más, el precio se dispara. Y cuando pagas por una unidad de agua, pagas por el valor del agua, por la transmisión y por el postratamiento.
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