Las revelaciones sobre las actividades de la Agencia de Seguridad Nacional de EEUU (NSA), y la medida en la que espía a los ciudadanos extranjeros, están provocando un intenso debate en todo el mundo. Para algunos, las revelaciones del ex contratista de la NSA, Edward Snowden, son la causa de gran alarma, en medio de señales de que la agencia aspira grandes cantidades de datos de internet de ciudadanos extranjeros. Para otros, hay temores de que las filtraciones han debilitado los servicios de inteligencia de EEUU, socavando sus esfuerzos por la lucha contra el terrorismo.

Donde sea que uno se encuentre en este debate, un temor debiera unir a todos. Este es el riesgo de que la controversia sobre la NSA dará lugar a una "balcanización" de internet. Este es el riesgo de que los gobiernos de todo el mundo responderán enrejando sus redes con el fin de proteger los datos de sus ciudadanos y limitando la capacidad de la NSA de llevar a cabo su espionaje.

Hay varios indicios de que las naciones se están moviendo en esta dirección. Después de informes de que EEUU espió el correo electrónico de Dilma Rousseff, la presidenta de Brasil, su gobierno ha anunciado planes para promover su propia tecnología de redes, incluso instalando un servicio de correo electrónico nacional seguro. Michel Barnier, comisario europeo para el mercado interior, ha sugerido que Europa debería desarrollar su propia "nube de datos europeos". La UE, por su parte, está considerando la posibilidad de revocar acuerdos de intercambio de datos con EEUU, lo que requeriría a los proveedores de sitios web estadounidenses advertir a los europeos que sus datos están sujetos a la vigilancia EEUU.

Talles acontecimientos son motivo de preocupación. La Web es un motor de la economía mundial, que representa una quinta parte del crecimiento del PIB de las economías avanzadas en los últimos cinco años. Si se transforma de un bien común global a un mosaico de redes de nubes nacionales, las consecuencias económicas serán inmensas.

Una parte desproporcionada de tráfico de internet fluye a través de EEUU, dando a las empresas estadounidenses de internet dominio global. Sin embargo, la balcanización de Internet añadirá enormemente a los gastos realizados por los grupos de tecnología como Google y Facebook, que tendrían que establecer filiales regionales.

También será un regalo político a los estados autoritarios como China y Rusia, que operan sistemas nacionales cerrados de intranet para limitar los flujos de información.

La administración de Obama debe empezar a actuar para detener este proceso. Debe dar a los gobiernos occidentales garantías de que la NSA es cada vez más responsable y transparente en sus operaciones. Si la web global se divide en redes nacionales, las consecuencias económicas serán inmensas.

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