Tras las importantes bajas que mostraron las cifras del INE relativas a manufacturas y minería del mes pasado, es altamente probable que el Imacec de octubre sea negativo, mostrando la primera contracción mensual en siete años. Una coyuntura que deja en entredicho que la recuperación de la economía se ha solidificado y que obliga al Gobierno a dejar de lado el discurso optimista enfocado en la recuperación de algunos indicadores clave. Lo cierto es que de cara a lo que queda de la actual administración -salvo por la baja tasa de comparación-, este Gobierno mostrará una debilidad creciente en los indicadores clave. En este contexto vale hacerse la pregunta de si el Ejecutivo mantendrá la teoría de las reformas “asépticas” y también si hay espacio para seguir defendiendo la “obra gruesa”. Aunque La Moneda no lo reconozca, las reformas que se impulsaron en estos años sí tuvieron efecto en la actividad del país. De hecho, la encuesta de PULSO y la UDD publicada en nuestra edición de aniversario da cuenta de que las expectativas de las personas y las empresas se mantienen en terreno negativo a un año plazo, pero muestran un fuerte repunte en un horizonte de tres. Esto, claramente, habla de la negativa valoración del Gobierno y sus reformas y las expectativas de que una próxima administración será capaz de compensar este daño.