La mayor autoridad deportiva de un país europeo se sienta en un café en Londres, vistiendo la polera oficial de su equipo nacional. Por ahora, las naciones europeas siguen siendo potencias olímpicas. Sin embargo, este personaje anticipa un cambio. Como la mayoría de Europa, su país está en una crisis económica. Él mira con envidia a una Argentina llena de recursos, que ha creado un impuesto a las suscripciones de telefonía móvil para financiar a la élite deportiva. El futuro olímpico podría pertenecer a las economías emergentes.
Europa Occidental y Estados Unidos todavía ocupan cinco de los nueve principales puestos en el medallero de Londres. Pero en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro en 2016, más economías en desarrollo debieran empezar a seguir a China hacia esta élite. Stefan Szymanski, economista deportivo de la Universidad de Michigan, dice: “Refleja completamente lo que está ocurriendo en la economía global. Su PIB está creciendo, de manera que van a dedicar más recursos al deporte, entonces les va a ir mejor”.
Sólo atletismo -donde sobresalen países pobres como Kenia, Etiopía y Jamaica- hace que el dinero parezca algo casi irrelevante para el éxito. Por lo demás, la fórmula olímpica es talento multiplicado por los recursos es igual a medallas. El ex atleta olímpico que anónimamente escribió “El Olímpico Secreto”, destaca que en Atlanta en 1996, los atletas británicos sin muchos recursos terminaron n°36 en el medallero.
Entonces, la Lotería Nacional y otros fondos se depositaron en el deporte británico, lo cual permitió comprar mejor equipamiento y contratar mejores entrenadores. “De la noche a la mañana, los mejores atletas británicos se convirtieron en profesionales”, escribe, recordando cómo pasó de entrenar 18 horas a la semana a 32. “Mi desempeño se disparó”, agrega. El tercer lugar de Reino Unido en estos juegos es una historia de talento multiplicado por dinero.
Aún así, la crisis económica apenas ha afectado a los atletas europeos o estadounidenses. Una crisis puede demorar años en reducir el financiamiento del gobierno y de los auspiciadores, e incluso más para que el menor financiamiento reduzca las medallas. Después de todo, los JJOO llevan años en realizarse. Italia, por ejemplo, no ha sufrido todavía del recorte en el presupuesto del comité olímpico italiano realizado este año; el país está noveno en el medallero. Probablemente sólo Grecia -62° en la tabla- ya está sintiendo los efectos de la crisis en sus atletas. Envió su equipo más pequeño en los últimos 20 años de este evento.
Para 2016, los recortes de gastos de Europa van a haber hecho mella. Mientras, nuevos países están elevando esos recursos. India -que nunca había ganado un oro individual antes de Beijing- está poniendo dinero público y privado en el deporte. Tiene sólo 4 medallas en Londres hasta ahora, pero debiera mejorar en Río.
“Esta dispersión de las medallas en todo el mundo debiera incrementarse”, dice Szymanski. “Con tantos eventos olímpicos, es fácil dividir esas tareas en componentes y luego construir atletas que ganen medallas de oro. China es el clásico ejemplo”.
Más aún, según World Economic Forum, a medida que los países se desarrollan, tienden a destinar más recursos a las mujeres. Los JJOO de Londres son los primeros en los cuales cada equipo nacional incluye mujeres, y cada vez más países incentivan a las mujeres al deporte. La judoca brasileña Sarah Menezes creció escondiendo su práctica de judo a sus padres. “Decían que el judo no era para niñas”, recuerda. En Londres se convirtió en la segunda brasileña en ganar un oro individual. Habrá más, donde el medallero debiera tener un nuevo orden.
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