"Sí podemos. Sí lo hicimos. Sí podemos”. Con estas palabras, las mismas con las cuales comenzó su Gobierno hace ocho años, Barack Obama dio fin en la noche del martes a su último discurso como Presidente de EEUU, a diez días de terminar su administración. Sus palabras se basaron en un discurso optimista, con llamados a la tolerancia y a la acción: “Si estás aburrido de pelear con desconocidos por internet, entonces trata de hablar con alguno en la vida real”, fue una de sus frases más aplaudidas en el centro de convenciones McCormick en Chicago, ciudad donde se disparó su carrera política. Parte importante de su discurso lo dedicó también a repasar algunos logros: Obamacare, retiro de tropas, deshielo con Cuba, acuerdo nuclear con Irán, entre otros puntos. El repaso también sirvió para dar cuenta de lo que Donald Trump ha amenazado con desmantelar cuando llegue al poder el 20 de enero. Partiendo por el plan de salud Obamacare, el futuro Presidente ha dejado en claro que pasará la retroexcavadora por gran parte de las medidas tomadas por la saliente administración en relaciones exteriores y comerciales, regulación financiera y medidas económicas. Pero más que pensar en desarticular todo lo que tenga sabor al Gobierno previo, Trump debería permitirse el tiempo para analizar a cabalidad lo que funciona y lo que no, para construir sobre esa base en lugar de pasar la aplanadora.