El nuevo director ejecutivo de Microsoft está a punto de enfrentar su gran dilema. ¿Debiera exigir fuertes metas de ganancias a la división de telefonía móvil para que se mantenga en la mayor compañía de software del mundo? ¿O debiera darle libertad de acción, tratándola en cambio como parte de un imperativo estratégico más amplio a medida que Microsoft trata de recuperar parte del terreno perdido contra Apple y Google en el mercado de computación móvil?

La finalización el viernes de la compra de la división de telefonía móvil de Nokia por parte de Microsoft, por 5.440 millones de euros, le presenta a Satya Nadella el dolor de cabeza que los nuevos jefes tanto temen.

El ex CEO Steve Ballmer anunció el acuerdo hace ocho meses a Wall Street, donde fue visto como una medida que diluiría los márgenes que tenía poco soporte en el negocio central de la empresa de entregar software y servicios a clientes empresariales.

Quizás sintió que Microsoft no tenía alternativa. Como fabricante de 90% de los teléfonos móviles que usan el software Windows Phone, Nokia era muy importante para que Microsoft se arriesgara a perderlo: si hubiera seguido a otros fabricantes hacia el terreno Android, podría haber sido un fuerte golpe a las esperanzas de Microsoft de convertirse en una fuerza en los smartphones, la plataforma dominante de los computadores hoy en día.

Pero ahora depende de Nadella hacer que el acuerdo funcione, lo cual significa forzar el negocio de teléfonos móviles a mostrar que es rentable, o convencer a los inversionistas de ver los smartphones como parte esencial de una apuesta estratégica más amplia.

“El gran peligro para Microsoft es que se ve atrapado en dos mentes entre estas dos opciones”, dice Geoff Blaber, analista de CCS Insight.

Si Nadella necesita resultados rápidos para mostrar que los dispositivos de Nokia pueden convertirse en un negocio atractivo por sí solo, entonces los resultados pueden ser difíciles de alcanzar. Pese a que sus Lumia han tenido buena crítica, el aumento en la participación de mercado de Nokia apenas ha rasguñado a sus mayores rivales.

La probable venta de 50 millones de teléfonos Windows este año sólo representaría 4% del mercado, en comparación con el 14% de participación de iPhone y 80% del sistema operativo Android, según CCS Insight.

Nadella ha dejado claro que el negocio de Microsoft ya no gira en torno a Windows. En cambio, su mirada está puesta en crear servicios que usen software, que puedan encontrar una audiencia sin importar la plataforma.

Exactamente cómo calzan los teléfonos Nokia en este panorama es una pregunta para la cual los inversionistas de Microsoft esperan ansiosos una respuesta.

COPY RIGHT FINANCIAL TIMES

© The Financial Times Ltd, 2011.