De economista que luchaba por el crecimiento económico a líder mundial en desarrollo sustentable. Este fue el cambio de Jeffrey Sachs, uno de los economistas más importantes del mundo y de los 100 líderes más influyentes según la revista Time.

Sachs, quien en distintos momentos de su vida estuvo involucrado en asesorar a economías de todo el mundo, se ha convertido en un referente para las reformas económicas. Pero en los últimos años ha estado ocupado con temas de otra índole. En 2002 se convirtió en director del Instituto de la Tierra en la Universidad de Columbia, para desde ahí luchar por el desarrollo sustentable.

Pandemia global, cambio climático, desastres naturales, deforestación. Todos estos son temas centrales en la sustentabilidad y por los que lucha el instituto.  "El desarrollo sustentable significa alcanzar un crecimiento económico ampliamente compartido que protege los recursos vitales de la tierra… Esto requiere de la movilización de nuevas tecnologías que son guiadas por valores sociales compartidos", escribió Sachs en una columna en enero.

El objetivo de este instituto es unir a las personas con las herramientas necesarias para lidiar con algunos de los problemas más difíciles del mundo como cambios climáticos, degradación ambiental, pobreza, enfermedades y el uso sustentable de recursos.

Bajo el liderazgo de Sachs, el instituto tiene más de 30 centros de investigación con alrededor de 850 científicos, profesores y estudiantes. Su principal labor es aconsejar a los gobiernos y a las Naciones Unidas en temas relacionados con sustentabilidad y "educar a la próxima generación de líderes". En el año terminado el 30 de junio de 2011, este instituto recibió un total de US$122 mil millones en financiamiento, entre apoyo del gobierno, donaciones privadas, entre otros.

Su proyecto más grande se llama The Millenium Villages (Pueblos del Milenio), donde ayudan a comunidades rurales africanas a salir de la extrema pobreza. Esperan lograr su meta para 2015. ¿Cómo lo hacen? A través de ayudas específicas dependiendo de cada pueblo, como entregarles semillas, fertilizantes, medicinas, pozos de agua y materiales para construir colegios y hospitales.

Durante cinco años, comitivas trabajan con gobiernos locales donde juntos dan el impulso para que las aldeas continúen con los proyectos a futuro para un crecimiento sustentable. Ya han llegado a 400 mil personas en 79 pueblos de 10 países africanos.

Otro lugar donde han dejado su grano de arena es en Bangladesh, donde más de 30 millones de personas están en riesgo de envenenamiento con arsénico. Desde 2000, el instituto investiga in situ las implicancias en la salud de las personas, y les otorga acceso a agua sin arsénico.

Sin embargo, no sólo apoyan a los países en desarrollo. También buscan soluciones para temas relacionados con urbanización, clima, ecosistemas, nutrición, salud pública, entre otros, para países desarrollados.

Ideas sustentables
La labor de Sachs no se queda ahí. Desde su puesto en la Universidad de Columbia, ha ayudado a formar el Ph.D en Desarrollo Sustentable, uno de los primeros programas de este tipo en EEUU, y también ha guiado a la universidad en la creación de esa carrera.

Sachs, con un Ph.D en la Universidad de Harvard, se convirtió a los 28 años en el profesor más joven de esa universidad. De ahí su trabajo ascendió sin pausa. Durante los años '80, ayudó a países latinoamericanos como Bolivia, Brasil y Perú a terminar con sus altas inflaciones y renegociar sus deudas externas. Fue el principal académico en idear un plan de reducción de deuda de países desarrollados que se usa hasta hoy.

En 1989, ayudó a la transición de Polonia hacia la democracia, con ideas que también se usaron para la transición en países como Eslovenia y Estonia para introducir monedas estables y convertibles y en Rusia para las reformas económicas. En los años '90, se involucró en las reformas de China e India. De hecho, hoy sigue siendo asesor jefe del gobierno indio.

Desde 1995, se concentró en ayudar a África a salir de la pobreza. Durante la presidencia de Bill Clinton, desarrolló la Ley de Crecimiento y Oportunidad Africana,  donde promovió la agricultura y peleó contra las enfermedades en los sistemas de salud públicos. Hoy asesora a más de 20 países de africanos.