La sustentabilidad tiene ese olorcillo a diversidad que permite que un chef bien tatuado y sin corbata, se instale en el mismo escenario que un economista bien terneado. No estamos hablando de cualquier chef o cualquier econonomista, sino de Alex Atala y de Michael Porter. Y ambos fueron algunas de las voces más interesantes que se dejaron escuchar en la conferencia Ethos 2013 en Sao Paulo la semana pasada.
El primero, para hablar de la ética detrás de cada uno de sus platos, que busca producir cambios en la manera como nos alimentamos, pensando en la cadena de valor que hay detrás de los alimentos que llegan a nuestra mesa.
Atala, muchas entrevistas o reseñas por ahí lo dicen, es un rockstar de la comida gourmet. Tuvo la audacia de ir a buscar los frutos de supropia tierra, Brasil, para generar platos tan sofisticados como los de un restaurante francés. Por esto lo han situado como uno de los mejores chefs del mundo. Y ahí están sus restaurantes D.O.M y Dalma & Dito, en Sao Paulo, para probarlo (que de hecho y para placer de nuestro paladar, probamos).
"¿Cuántas actitudes asumimos por condicionamiento y no por raciocinio?" dijo Atala el día que participó en la conferencia, con una elegante provocación.
Atala propone cuidar los recursos naturales, respetar los valores locales, las tradiciones locales en comida, lo que hacían nuestras madres y abuelas, pero sobre todo un fuerte respeto a las personas y su diversidad, y a la diversidad en general, pues enriquece el mundo.
Para profundizar sus ideas, Atala creó este año el Instituto Atà. "Necesitamos revisar la relación del hombre con la comida, acercar el conocimiento al acto de comer, el comer a cocinar, cocinar a producir y producir, a la naturaleza. Trabajando la cadena completa de valor, apuntamos a la fuerza de los territorios, desde su biodiversidad, agrodiversidad, sociodiversidad y aseguramos buena comida para todos y mantenemos el ambiente", dice el manifiesto del instituto y fue la idea que Atala llevó a Ethos 2013.
Las ideas de Michael Porter no van todavía tan lejos. El economista de la universidad de Harvard, experto en competitividad y asesor de numerosos gobiernos y empresas, está promoviendo su último caballo de batalla: el Índice de Progreso Social (IPS).
"Hemos entendido que haber separado los negocios y la competencia en los negocios, del progreso social y los problemas sociales, en realidad fue un gran error. Algunas de las mayores oportunidades están en abordar los problemas y retos sociales utilizando el modelo de negocios", dijo Porter en su intervención.
Ya en 2011 el académico había lanzado su libro "Creando valor compartido", que lo ofreció como una salida a las empresas a la actual crisis de confianza que enfrentan desde la sociedad. Crisis que, como consecuencia, estaba resolviéndose con nuevas regulaciones que, según Porter, ponen freno a la competitividad. Por lo tanto, crear valor compartido, es decir, no sólo ganancias para la empresa, sino para todo el entorno donde ella se desarrolla, podría ser un camino más sustentable.
Respecto del índice, él ya lo había presentado en Europa y ahora fue el turno de América Latina. Suobjetivo es reunir información estadística sobre el bienestar de las personas para entregársela a los generadores de políticas públicas, organismos internacionales, organizaciones filantrópicas, organizaciones de la sociedad civil y el mundo académico, con el fin de que puedan tomar mejores decisiones respecto a sus inversiones en las áreas que más contribuyen a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos.
No es el primero que intenta sistematizar información que se ha creído subjetiva. "En la construcción de este Índice, nos centramos en los resultados reales del sistema de salud o del sistema educativo y no en los insumos o en lo que se gasta. Lo que los datos muestran es que en realidad hay una enorme brecha entre lo que se gasta y lo que logramos", dijo Porter.
El IPS contempla 52 indicadores divididos en tres grandes categorías: necesidades humanas básicas (nutrición, asistencia médica básica; agua, aire y saneamiento; vivienda y seguridad); aspectos básicos del bienestar (acceso a la educación básica; acceso a la información y comunicación; salud y bienestar y sostenibilidad de los ecosistemas) y oportunidades (derechos individuales, acceso a la educación superior, libertad personal y de elección, equidad e inclusión).
En una primera edición del IPS se evaluaron 50 países, Chile entre ellos, en el segundo lugar con mManuel Araya, gerente de regulación y asuntos corporativos de Entelejor calificación después de Costa Rica, a nivel latinoamericano. La idea es ampliarlo a 100 países para el próximo año.
Además de Atala y Porter, hubo decenas de conferencistas de distintas organizaciones y empresas para conversar en torno a la sustentabilidad.
Nosotros estuvimos allá por una invitación de Entel, que llevó a un grupo de periodistas de distintos medios sa escuchar estas ideas. ¿Por qué lo hizo? "Como empresa queremos contribuir a la reflexión acerca del desarrollo sustentable, en donde es fundamental incorporar las últimas tendencias y experiencias más innovadoras a nivel internacional en materia de construcción de valor económico, social y ambiental", explica Manuel Araya, gerente de regulación y asuntos corporativos de Entel.
Esta empresa de telefonía está en pleno desarrollo de su estrategia de sustentabilidad orientándola al ámbito de su negocio. "Reducir la brecha digital extendiendo nuestra red a aquellas comunidades de menor acceso, o la implementación del proyecto Todo Chile Comunicado, que permitió conectar a más de 3 millones de chilenos en zonas aisladas. Así como el proceso de capacitación digital a profesores y alumnos de escuelas rurales o el despliegue y construcción de infraestructura de telecomunicaciones amigable para los barrios de Chile, son algunos ejemplos claros que reflejan nuestro compromiso como empresa", termina Araya.