Compromisos medidos. Así define Emmanuel Lagarrigue al pilar fundamental de la estrategia de sustentabilidad de Schneider Electric. El vicepresidente ejecutivo de la compañía estuvo de paso en Chile, donde dio a conocer qué están haciendo en materia de eficiencia energética, empoderamiento de mujeres y en qué momento está nuestro país respecto a adopción de políticas sustentables.

De origen francés, Schneider cuenta con más de 160 mil empleados en los 102 países en los que está presente. En tanto, la compañía alcanzó ingresos cercanos a los €27.000 millones durante 2015 y tiene como core el desarrollo de soluciones ligadas a la energía, con énfasis en la eficiencia de recursos e impulso a las energías renovables no convencionales (ERNC).

¿Qué tan importante es la sustentabilidad para ustedes?
Siempre ha sido el corazón de nuestra estrategia, porque nuestra propuesta de valores es la eficiencia energética y la productividad. De alguna forma ayudamos a nuestros clientes a ser más sostenibles.

¿Cree que la sustentabilidad empieza a tomar protagonismo a la hora de hacer negocios?
Tiene que ser la estrategia de cualquier empresa en cualquier industria y esto se está empezando a ver en muchos mercados. Hay inversionistas que están empezando a exigir más de las empresas al ver que los resultados económicos van bien, pero no son suficientes. Además, los inversionistas quieren que les expliquen cómo es el trabajo que se está haciendo  en términos medioambientales y con las comunidades, entre otros aspectos.

¿Cómo se traduce esa mirada en las acciones de la compañía?
Para que se convierta en acciones, primero hay que medir. Para ello tenemos un barómetro con diez indicadores de sustentabilidad que incluye prácticas con proveedores, huella de carbono y diversidad entre otros elementos. Nuestro objetivo es mejorar cada año este índice. Además, todo el comité ejecutivo de Schneider tiene una parte de su bono relacionado a estas metas.  Por ejemplo, hoy el 30% de mi bono está ligado a los objetivos de sustentabilidad.

Entre sus políticas de diversidad se encuentran varias relacionadas con el empoderamiento de mujeres.
Así es, en esa materia hacemos muchas cosas. Hemos fomentado su capacitación, como también su contratación. Del mismo modo apoyamos el desarrollo de carrera y que lleguen a cargos ejecutivos.

Schneider es una de las empresas que participó activamente en la COP 21, ¿qué aprendizaje queda de esa reunión?
Fue una instancia muy importante, lo que nos gustó mucho es que por primera vez se empezaron a involucrar seriamente las compañías. El combatir el cambio climático dejó de ser un tema de instituciones gubernamentales. Ahí pudimos ver  CEOs comprometidos. Por fin, el grupo de empresas que participaba era importante. Cuando se ve que hay una comunidad financiera comprometida, se puede avanzar mucho y de forma más eficiente.

¿Qué rol tiene el mundo privado al hacer frente al cambio climático?
Las empresas están ayudando a hacer presión en los gobiernos, y muchos de ellos están entendiendo que no va a ser opcional poner a la sustentabilidad en el tapete. Los  gobiernos ya se dan cuenta de la importancia de esto, algunos porque sufren en carne propia el impacto del cambio climático como ocurre en China en invierno, donde la contaminación se ha convertido en un problema social.

¿Qué pasa con los costos asociados a cambiar la producción?
Hoy contamos con la tecnología para introducir cambios a mucho menos costos. Cuando se habla de que estamos en un escenario económico en que los países no están creciendo rápido, la descarbonización de la economía representa una de las oportunidades más grandes de negocio que tenemos en nuestra era.

¿Cuál sería el impacto de economías más verdes?
Es enorme. Pero antes tenemos que trabajar en cambiar la matriz energética de nuestros países. Por otro lado, si es que los países tienen necesidad de mayor generación,  ésta debiera conseguirse con renovables como solar o eólica. En esa área, el continente americano tiene condiciones muy propicias para avanzar...Chile las tiene.

¿Cree que  aún existen barreras para el avance de la sustentabilidad?
Siento que hoy hay conciencia en ambientes sociales, pero quizás aún falta para que esta visión esté convertida en aspectos concretos como leyes. En muchas ciudades puedes ver proyectos de smartcities, que son muy interesantes, pero, en muchos casos, se han quedado sólo en eso. Es un movimiento que está empezando, pero que tiene mucha proyección de crecimiento.

¿Cómo ve el escenario que hoy vive Chile en la materia?
El gobierno chileno que tiene una fuerte conciencia social, pero a la vez quiere conservar la competitividad y la proyección internacional del país, que es muy fuerte. Esta ecuación donde se conjuga sustentabilidad y desarrollo, le conviene a cabalidad. La experiencia internacional demuestra que no sólo se trata de tener menos contaminación, la sustentabilidad se traduce en calidad de vida y es lo que se busca en todas las latitudes.

¿Qué falta para que las renovables tengan más crecimiento?
Dentro de nueve años, la energía solar será seguramente, la más competitiva. Producir electricidad a partir de celdas fotovoltaicas será un muy buen negocio, viable económicamente. Cuando lleguemos a ese punto será muy fácil desarrollarla porque será más económico. Mientras tanto, hay formas de ayudar a que se fomente su desarrollo.

¿Cómo se fomenta su introducción?
Lo que se ve en muchos países de Europa son proveedores que se deshacen de sus plantas generadoras a partir de energía fósil como gas carbón o petróleo, lo hacen con el fin de convertir su matriz energética a renovables. Éste es un paso que tiene un impacto importante, además las instituciones financiera ven a este tipo de cambios que incorporan a la sustentabilidad como negocios con mayor confianza de inversión.