Empresario y controlador del casino de Colchagua, Carlos Cardoen: "La relación con Enjoy cambió cuando se asoció con un grupo con mañas desconocidas"
Recordado por su incursión en el mercado armamentístico, el fundador del Grupo de Empresas Cardoen dice mantener su interés en comprar la participación de Enjoy y entrega detalles de sus nuevos proyectos hoteleros en Isla Negra y Santa Cruz.
CARLOS Cardoen confiesa que nunca ha jugado juegos de azar. Una revelación que no deja de sorprender considerando que el empresario es el principal propietario del casino de Colchagua, operación que en enero de este año registró ingresos brutos por $611 millones. Un monto que representa el 1,5% de una industria que ese mismo mes movió $41.625 millones. A mediados de abril, este casino estuvo a punto de sufrir cambios en su estructura accionaria. Esto, luego que Enjoy -controlada en este momento por la familia Martínez- informara su intención de vender el 40% de su participación debido a su débil situación financiera. Sin embargo, aquel deseo se aplazó cuando el fondo estadounidense Advent International concretó su ingreso como el nuevo controlador de la cadena de casinos.
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En esta entrevista, el empresario con negocios en diversos sectores económicos como casinos de juegos, hotelería, viñas, energía y minera, cuenta en qué quedó su intención de obtener el control total de la casa de juegos y sus próximos proyectos. También se explaya sobre las expectativas que alberga en el próximo Gobierno de Sebastián Piñera, con quien fue cercano, y las gestiones que ha iniciado con el Senado para que se le permita salir de Chile. Esta prohibición ya cumple 27 años, ante las acusaciones que pesan en su contra por la eventual venta ilegal de circonio al régimen de Sadam Husein.
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En enero usted se hizo cargo de la administración del casino de Colchagua, ¿en qué quedó su interés en comprar el 40% de la participación de Enjoy?
-Cuando obtuve la licencia de casinos invité a la familia Martínez, a quienes conozco desde hace muchos años, a asociarnos en la propiedad y dejar en ellos la administración. Así fue que nosotros controlamos el 60%, ellos el 40%, y la administración la entregamos por voluntad nuestra como socio mayoritario a Enjoy. Durante varios años funcionamos normalmente y sin problemas, pero luego vinieron algunas vicisitudes del grupo Enjoy, en cuanto a que ellos iban a perder el control de Enjoy y llegarían unos socios norteamericanos asociados con el juego en EE.UU., situación que hacía cambiar bruscamente la relación entre dos familias amigas a relacionarnos con un grupo desconocido, con mañas desconocidas para nosotros. Entonces hablamos con la familia Martínez y pactamos el término de la administración, cosa que se hizo efectiva el 1 de enero.
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¿Qué cambios vienen para el casino de Colchagua con esta nueva administración?
-Mi hijo, Diego Cardoen, ya había estado en el proceso de controlar el tema del casino y a cargo por parte de mi empresa del manejo de nuestros intereses, por lo tanto pudimos organizar una administración que nos dejara tranquilos y contentos. Hemos aumentado el nivel de actividades y reemplazado el Club Enjoy por el Club Colchagua, con incentivos para los jugadores, oferta de alojamientos y atractivos turísticos. Además le vamos a poner un tono más chileno, ya que el casino se inserta en un conjunto de esfuerzos nuestros para que la región llegue a ser un referente turístico nacional y mundial.
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Ahora que la familia Martínez tiene como socio a Advent y mayor liquidez ¿siguen tan cercanos?
-Cuando la gente tiene problemas uno no sabe donde están los amigos y en tiempos de dulzura tienes puros amigos. Ellos no lo han pasado bien. He empatizado con ellos y he tratado esta situación con mesura y nunca me aprovecharía, eso está alejado de mí. Ya va a llegar el momento adecuado, no simpatizo con los socios porque pertenecen a una conducta norteamericana de dobles estándares, donde el concepto de amistad no existe y solo existen los intereses.
¿Hicieron alguna oferta por ese 40%?
-No, queremos ver primero como nos va con la administración y no tenemos apuro. No estamos desesperados, siempre hay que tener un estado de paz para tomar buenas decisiones. No tenemos apuro.
¿Le complicaría si la familia Martínez y Advent no vendieran?
-Estoy muy cómodo con el 60%. Ahora, los nuevos socios pueden cuestionar qué hago aquí, sobre todo cuando mi relación con el gobierno norteamericano no es mala sino que pésima.
¿Cuánto suman los retornos que ustedes obtienen por el casino de Colchagua?
-Mira, conmigo puedes hablar de cualquier cosa, menos de plata. Para mí el dinero siempre ha sido un medio, una herramienta y no un fin. Aunque el perder plata se los dejo a otros.
¿Eso se traduce en inyectarle más dinero a este casino?
-Por supuesto, en todo lo que estamos haciendo. Estoy terminando el museo del vino chileno en Santa Cruz, una granja educativa. En ciernes está otro museo más que vendrá en el futuro, agrandar el museo del automóvil, agrandando el de Colchagua. Haciendo otro hotel acá en Santa Cruz y preparando el hotel en Isla Negra.
¿Compró la hostería de la compositora Charo Cofré?
-La hostería que había allá está cerrada y estamos en conversaciones con el concejo municipal y la alcaldesa para que nos permitan construir un mayor número de habitaciones, porque con las 25 originales no flotaba el proyecto. Se necesitan mínimo 50 habitaciones. Además quiero que esté relacionado con la cultura. Tenemos una colección de Neruda maravillosa y estará allá, además de un centro de eventos.
¿Cuánto cuesta construir ese hotel de 50 habitaciones?
-Hay que gastarse por habitación US$90 mil o US$100 mil. No es barato. Si vas a Isla Negra los hoteles son de otro nivel. Allá no hay hoteles que sean dignos de los visitantes que recibimos.
¿De qué trata el nuevo proyecto hotelero en Colchagua?
-Es un hotel de 53 habitaciones, el arquitecto es Raúl Bulnes, uno de los mejores arquitectos de construcción chilena, y ya tenemos toda la estructura hecha. Los permisos están corriendo y partimos edificando en unos terrenos que están a tres cuadras del Museo de Colchagua. Estará destinado a aumentar el número de camas aun cuando hemos visto con felicidad el surgimiento de muchos hostales y pequeños hoteles. Lo que me tiene más contento es que esto ya no es una locura de Carlos Cardoen. Esto es una locura de todos. Aquí estamos todos metidos. Lo próximo es hacer de este lugar, un lugar de las convenciones de Chile, para más de 500 personas. Está todo aquí. Estará ubicado en el mismo hotel, el cual además ya contará con un restaurante construido que es el de César Antonio Santis.
¿Si bien usted ha delegado en sus hijos la dirección de sus negocios, reconocen en usted a su mentor, ¿cuál es le mandato que usted le ha dado?
-Que hagan lo que el directorio les manda a hacer, traten de llegar a los objetivos que en conjunto nos hemos fijado. Si lo hacen mejor, tendrán un Ambrosoli y si lo hacen mal, un correazo en el traste.
¿Y les ha tenido que dar muchos correazos a sus hijos?
-De repente, pero suaves. Pero en general, no. Nosotros tenemos un ritmo de crecimiento normal. No quiero tener ningún imperio. Dicen que la única riqueza que un hombre tiene es ser dueño de su tiempo.
¿Este año abrirá las puertas el museo del vino que está construyendo?
-Esperamos abrirlo este año y en él uno se encontrará con la historia del vino en la humanidad, la llegada de las primeras vides a Chile, los viñateros grandes y monopolios legales. Documentos históricos recopilados de archivos privados que he comprado en estos 50 años con firmas de los reyes, Bernardo O'Higgins y Manuel Blanco.
"Piñera hará un buen Gobierno aunque le resulta difícil escuchar otras opiniones"
¿En el plano político, ganó su candidato?
-Dije que iba a votar por el menos malo, por el menos peor y voté por Piñera. Me equivoque o no, es un hombre honrado, técnicamente más preparado y creo que hará un buen gobierno, aunque le resulta difícil escuchar otras opiniones.
¿Cómo será recordado el último Gobierno de Michelle Bachelet?
-A Michelle la quiero mucho, pero creo que su Gobierno no estuvo a la altura de lo que pudo ser. Como es posible que hoy estemos haciendo cola para vacunarse de la fiebre amarilla y estén entrando oleadas de haitianos sin control. Qué estamos haciendo, qué locura es esta. Que controle el Ejecutivo. Nadie está diciendo que no puede haber inmigración, al contrario. Pero traigamos gente que nos sirva o vamos a importar miseria.
¿Qué espera que haga Piñera en materia de inmigración?
-Que reglamente esto. Si nadie dice que no pueden entrar haitianos o lo que sean, siempre y cuando hayan controles.
¿Le preocupa más la inmigración que las reformas impulsadas?
-Las reformas y los intentos de reformas, sobre todo en el tema de la justicia han sido nefastos también. La educación ha sido lo mejor. Se están dando pasos positivos para lograr por lo menos que la educación alcance para todos, pero priorizaría el talento.
¿Siente que hoy el empresariado está más cerca de la ciudadanía?
-La fórmula política en nuestro país es mucha reunión y poca acción. Las asociaciones en general de todo tipo son un poco de eso.
La comisión de derechos humanos del Senado trataría su situación después que Estados Unidos lo acusará de vender circonio de manera ilegal al régimen de Sadam Husein con el objetivo de fabricar bombas de racimo. ¿Hubo algún avance?
-Con las elecciones se postergó esa reunión y va a venir a ahora. Mi expectativa es que tras esta flagrante violación a mis derechos, pueda defenderme. Que me acusen, que pidan mi extradición, colocarme en el terreno legal para poder defenderme. Son 27 años sin poder salir de Chile por voluntad de estos matones, que no respetan nada. Usan a la Interpol al antojo de sus intereses. Entonces quiero que el Gobierno de Chile estudie el tema y tome las decisiones necesarias para que se me someta a juicio.
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