Atenas.- Hasta hace poco habría sido una predicción  arrogante. Desde el epicentro de la crisis europea de cuatro años, José Manuel Barroso, el presidente de la Comisión Europea, declaró ayer que 2014 será el año en el que la eurozona deje atrás lo peor de la crisis.

"Los programas funcionan", dijo en Atenas, refiriéndose a los programas de rescate financiero cargados de austeridad impuestos en cinco de los partícipes de la moneda única. Si las últimas 48 horas son un indicador, él podría tener la razón.

El martes, Irlanda tuvo su primera venta de bonos desde que abandonó el programa de rescate financiero en diciembre y subió €3.750 millones en su punto más bajo de costo en cerca de una década. Ayer, los mercados continuaron el rally luego de que Portugal dijera que emitiría más deudas a 5 años desde mañana y el ministro de Finanzas de Grecia sugirió que incluso Atenas podría obtener ventajas del mercado de bonos la segunda mitad del año.

También Eurostat, la agencia de estadísticas, anunció que las ventas del retail de la eurozona repuntaron inesperadamente 1,4%, y Berlín dijo que los pedidos de fábricas subieron 2,1%.

La eurozona ha visto falsos amaneceres durante la crisis, y hubo señales de cuidado incluso entre la euforia del mercado. El desempleo en la eurozona se mantuvo obstinadamente en 12,1%, una cifra récord, y los políticos griegos, a pesar de los esfuerzos forzados por pintar un futuro soleado en el lanzamiento de su presidencia de la UE no pudieron esconder su ira contra los prestamistas del rescate financiero.

Yannis Stournaras, ministro de finanzas, dijo que Grecia no toleraría más demandas de austeridad, dando pie a una potencial pelea dolorosa con los prestamistas este año cuando se necesite un tercer rescate.

El rally de esta semana en el mercado de bonos de la periferia de la eurozona ha sido una de las demostraciones más significantes de confianza en la restauración de la salud de la moneda única desde que Mario Draghi, el director del Banco Central Europeo declaró que haría "lo que fuese necesario" para prevenir el colapso del euro, tras 18 meses de la crisis existencial de la moneda.

Para muchas de las economías más aproblemadas de Europa, los costos de los préstamos están volviendo por primera vez a niveles no vistos desde el pánico que llevó al primer rescate financiero de Grecia.

Barroso dio un aviso de precaución en la ceremonia de inauguración en Grecia, diciendo que la crisis no ha acabado. Funcionarios de la UE siguen conscientes de que 2014 representa un riesgo. Aún así, Barroso tuvo dificultades en ocultar su sonrisa.

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