SÓLO dos empresas chilenas fueron incluidas en el Index Americas 2018. Se trata de Antofagasta PLC y Entel, las que fueron distinguidas -en las categorías mundial y multilatinas respectivamente- por este índice de sustentabilidad corporativa, elaborado por el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y el Centro Global de la Universidad de Columbia, en conjunto con EY, el Instituto de Directores de Chile (IdDC) y el Millstein Center for Global Markets and Corporate Ownership.

Los resultados fueron dados a conocer ayer en CasaPiedra, en el contexto del seminario "ESG - Index Americas: Aspectos no financieros en la creación de valor". Este reconoce a 100 empresas que destacan por sus prácticas sostenibles, que cotizan en bolsa y que operan en América Latina y el Caribe. Justamente, lo que hace el índice es medir de qué forma las compañías abordan los temas medioambientales, sociales y de gobernanza corporativa (ESG, por sus siglas en inglés) en su funcionamiento.

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Manuel Araya, gerente de Asuntos Corporativos de Entel, señaló la importancia de este reconocimiento para esta teleco. "Nos anima a seguir construyendo una empresa cada vez más sustentable, que trabaja por el bienestar de las comunidades, disminuir la brecha digital e impulsar el reciclaje electrónico, entre muchas otras iniciativas a lo largo de todo Chile. Este es el resultado del esfuerzo y el compromiso de todos los trabajadores de Entel", dijo Araya.

Metodología

Con respecto a la metodología, el Index Americas está compuesto sólo por aquellas compañías incluidas en el universo de datos de investigación de Thomson Reuters Environmental Governance Social (TRESG). Este análisis, denominado como Sistema de Clasificación Empresarial (TRBC), incluye compañías de las áreas de energía, materiales básicos, industriales, consumo, salud, finanzas, tecnología, servicios de telecomunicaciones y servicios públicos. En un principio se utilizó una base de 6.000 empresas, las que se llevaron a un filtro de criterios de exclusión del BID, para así comenzar el análisis.

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Los criterios de selección incluyen sólo aquellas empresas con presencia en América Latina y el Caribe y se logra en base a un puntaje que analiza más de 400 indicadores, evaluado por el Comité de Index Americas, integrado por un mínimo de cinco miembros del Grupo BID, la Universidad Internacional de Florida, Thomson Reuters y S-Network. Además, durante la selección se podía eliminar a cualquier empresa del índice, independientemente de su puntaje, si es que había sido parte de recientes controversias, escándalos, acusaciones, disputas o incumplimiento de las normas de ESG que pueden tener un efecto perjudicial en su reputación y actividad principal.

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La clasificación está dividida en las 100 empresas más destacadas con respecto al tratamiento del ESG que operan en la región, independientemente de donde tengan sus cuarteles generales; y en las "top 30" multilatinas.

Tomando en cuenta este factor local, Bernardo Guillamon, gerente de la Oficina de Alianzas Estratégicas del BID (quien realizó la presentación del Index), explicó que Latinoamérica tiene una gran oportunidad para marcar un hito en los negocios sostenibles. "Como región, aún tenemos brechas en infraestructura, energía y en educación por nombrar algunas áreas. Justamente, eso nos abre una tremenda oportunidad para que las empresas eleven sus niveles de ESG, teniendo una mayor relevancia que en otras regiones del mundo", dice Guillamon.

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En este aspecto, nombró ejemplos como el Word Benchmarking Alliance, una entidad internacional conformada por ONGs y el sector privado para trabajar en conjunto la sustentabilidad a nivel corporativo. "El Objetivo de Desarrollo Sostenible (ODS) N°17, que dice relación con las alianzas, es fundamental, lo que también abre una tremenda oportunidad para las empresas y gobiernos de América Latina", apuntó Guillamon.

De hecho, un informe reciente de la Business & Sustainable Development Commission (BSDC) indicó que existe una oportunidad económica de US$12 billones y la creación de 380 millones de empleos para el 2030, para las empresas que persiguen modelos comerciales sostenibles e inclusivos.

Seminario

Además, el evento tuvo un panel de discusión que contó con la participación de Guillamon; Juan Andrés Camus, presidente de la Bolsa de Santiago; Rubén Alvarado, gerente general de Metro S.A; Axel Levêque, gerente general de Engie Energía Chile; Karen Poniachik, directora del Centro Global de la Universidad de Columbia en Chile y Cecilia Abati, gerente de Control de Gestión y Sustentabilidad Corporativa de Coca-Cola Andina.

La moderación estuvo a cargo de Cristián Lefevre, presidente de EY Chile, quien dio pie al foro, preguntándole a los panelistas su diagnóstico acerca de la sostenibilidad en Chile. "Es un tema que en las universidades y en las escuelas de negocios no se le ha dado la suficiente importancia", dijo Juan Andrés Camus y agregó: "Las empresas deben educar a sus nuevos ejecutivos en esta área, cuando ya debería estar incorporado desde su formación".

Por su parte, Cecilia Abati, explicó cómo, en la práctica, las compañías pueden colaborar. "Por ejemplo, reducir el uso del agua y recuperarla es clave en nuestras operaciones", comentó Abati.

Otro ejemplo -pero de una empresa pública- es Metro S.A. Su gerente general, Rubén Alvarado, explico: "Es un desafío para los líderes de las empresas entender que no existe la dicotomía entre la sustentabilidad y los negocios", dando ejemplos de la forma en que Metro de Santiago ha generado prácticas sustentables, como las comunicaciones transparentes y la apuesta por energías renovables.

Por su parte, Axel Levêque, desarrolló la importancia del concepto de la "armonía" corporativa. "Este término es clave dentro de nuestro funcionamiento. Se trata de hacer las cosas bien, pero sobre todo, de estar cercano a nuestros stakeholders. Nunca hacer lo que ya no está aceptado por la sociedad. De hecho, me sorprende mucho como el cambio social (hacia la sustentabilidad) está afectando a todo el mundo", indicó Levêque.

Por último, Karen Poniachik dio algunos ejemplos de cómo ciertas organizaciones tomaban el concepto de sustentabilidad a nivel mundial. "ESG implica cambiar el paradigma de la empresa. Antes, era el accionista lo principal. Hoy, aunque sigue siendo importante, la clave está en crear valor para todos los stakeholders. Hay que incluirlos en los mapas de riesgo", concluyó Poniachik.