Con la premisa: “Ética empresarial. Los desafíos de Chile”, HUB Sustentabilidad realizó el primer seminario del 2015 que tuvo como foco la ética empresarial, donde se trataron casos que han afectado en el último tiempo a nuestro país, así como las lecciones que hay que sacar de ellos para crear una sociedad que sea más transparente.

El encuentro fue dirigido por el subdirector de PULSO, Jonás Preller  y contó con la participación de  Claudia Bobadilla, vicepresidenta de la Red de Alta Dirección; José Antonio Viera-Gallo, ex ministro Secretario General de la Presidencia de Chile durante el primer mandato de la Presidenta Bachelet y actual presidente de Chile Transparente,  y Guillermo Tagle, presidente de  IM Trust y presidente de Icare.

Entre los temas tratados en el panel estuvo la falta de tolerancia a la corrupción. “Hay dos elementos que son muy relevantes: el acceso a la información hoy es cada vez más transparente y accesible. La revolución tecnológica-digital cambió la forma en que nos informamos y también cómo denunciamos. Lo segundo es que las grandes revoluciones históricas se dan en ciertos contextos sociales y cuando se analizan casos que hemos visto en el último tiempo, esto se repite.  Discusiones como la desigualdad que no sólo se da en nuestro país, sino que  globalmente, han generado ambientes en que los ciudadanos dicen ‘no más, basta’”, dijo Bobadilla.

Un punto señalado por Viera-Gallo, tenía que ver con lo difícil que es saber cuándo cambia el paradigma ético en una sociedad. “Hay ciertas transformaciones que conmueven a las sociedades y es muy difícil saber por qué ocurren. Pero los agentes políticos, públicos y económicos tienen que anticiparse. Lo peor es resistir el cambio o hacer como que nunca hubiera pasado. En el caso de la Iglesia,  llegó un minuto en que no se toleró más los casos de pedofilia. ¿Por qué se produce un cambio como ese? Es muy difícil de percibir”.

Esto se justifica en parte, de acuerdo a Tagle, en el crecimiento de la población (hoy somos 7.000 millones de personas y la proyección es que en el 2050 seamos más de 11 mil millones). “La verdad es que vivimos en un planeta donde hay mucha  más capacidad de interactuar y vivimos pendientes de lo que salió o se publicó. Es una forma de vida donde hay una transparencia total”.

En su intervención, Bobadilla analizó el porqué del engaño. “Hay una tendencia muy interesante que dice que estamos biológicamente hechos para ser tramposos. Tendemos a hacer trampa cuando vemos que nuestros pares lo hacen, sin tener una sanción. Una de las malas respuestas que he escuchado  en mi país es: ‘es que todos lo hacíamos’. Hay algo ahí que es interesante entender desde nuevas corrientes multidisciplinarias”, enfatizó.

En la intervención del público  se habló acerca de cuál es el rol de los medios de comunicación en torno a  las denuncias de corrupción o escándalos de este tipo. “La mayor competencia dentro de los medios es la aparición de nuevos espacios de información. Por otro lado, la utilización de las redes sociales,ha hecho que la ciudadanía tome un liderazgo bastante notable en procesos de investigación y no sólo en la cobertura de los eventos noticiosos. Hay varios casos que han sido  sacados por los medios con investigaciones muy acuciosas”, manifestó Bobadilla.

En tanto, Viera-Gallo enfatizó en dos puntos. “No hay mucha imparcialidad en la crítica. Me gustaría el mismo rigor de denuncia para todos”. En cuanto al segundo punto, hizo referencia a juntar distintas situaciones en un mismo contexto. Como el unir casos que no tienen mucha relación entre sí, pero que responden al momento que vive Chile en que hay un importante descontento.

Tagle, por su parte, manifestó que se ha hecho una buena contribución a la transparencia,  pero “me preocupa la condena previa, las instituciones y poder judicial tienen que tener el espacio suficiente como para cumplir su rol”.