Los inversionistas tienen de nuevo una gran cita con la actualidad política en Cataluña. Dos meses después de que el Gobierno de Mariano Rajoy decidiera la aplicación del artículo 155, por el que quedó en suspenso la autonomía catalana, mañana jueves se celebran elecciones autonómicas, en las que medir el apoyo ciudadano con que cuenta el independentismo tras los intensos acontecimientos de octubre.
El pulso independentista catalán activó el riesgo político para la inversión en España. El Ibex registró caídas que le descolgaron del resto de Bolsas europeas, con fuertes ventas en el sector bancario –en especial en CaixaBank y Sabadell– mientras se tensaba la prima de riesgo. La respuesta de los inversionistas a la profunda crisis política en España no fue dramática pero abrió nuevas incertidumbres, solo calmadas de forma temporal con la aplicación del artículo 155, y que pueden reabrirse en los próximos días. De hecho, el pulso independentista catalán está condicionando las previsiones de crecimiento económico en España del próximo año.
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La crisis política ha calado ya en la economía catalana, a la vista de la avalancha de empresas que han mudado su sede fuera de Cataluña y del impacto que ya se aprecia en la actividad turística e inmobiliaria. Y la Bolsa y la deuda soberana españolas prometen ser de nuevo el termómetro del miedo de los inversionistas a las secuelas económicas del independentismo catalán.
Las encuestas arrojan un escenario muy reñido, con ERCy Ciudadanos como principales fuerzas políticas. Pero el escenario central que manejan estos días muchos inversionistas no es el de un triunfo claro de los partidos constitucionalistas sino una mayoría de votos y escaños de los partidos independentistas. La gran duda es si por mayoría absoluta que, de producirse, sería un indiscutible detonante para las ventas en activos españoles.
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"El peor escenario sería una nueva mayoría absoluta independentista. El mercado sí está acusando la incertidumbre, el Ibex bien podría estar cerca de máximos anuales. Por fundamentales, la economía española es atractiva pero eso no tiene reflejo por el riesgo político. Después de todo, los inversionistas tienen muchas opciones donde poner su dinero", explica Juan Fernández Figares, director de análisis de Link Securities.
Desde finales de agosto, cuando comenzó a calar con con más intensidad la inquietud por Cataluña que terminó por estallar en octubre, el Ibex arrastra una pérdida de casi el 1,4%. Contrasta con el alza del 8,3% del Dax, del 5% del Cac y del 1,7% de la Bolsa de Milán en el mismo período. Por el camino, el Ibex perdió a principios de octubre –a los pocos días del referéndum soberanista– los 10.000 puntos, recuperó los 10.500 a finales de mes, volvió a perder los 10.000 a mediados de noviembre y ahora se mueve entorno a los 10.200.
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"El riesgo político ha bajado bastante desde octubre pero con una mayoría absoluta independentista la Bolsa podría perder lo poco recuperado", explica Alberto Zumárraga, de Credit Agricole Mercagentes.
La activación del artículo 155 devolvió la calma a los inversionistas pero su aplicación es temporal, hasta la celebración de las elecciones del jueves, que puede devolver al mercado a la realidad de la existencia de un fuerte movimiento soberanista en Cataluña de difícil solución política y que ha fracturado su sociedad y su economía.
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"El problema político sigue ahí, aunque el efecto en mercado dependerá del resultado electoral. Si hay un nuevo gobierno independentista, lo normal sería ver una corrección importante en el bono y que la rentabilidad se fuera de nuevo al 1,8%, como sucedió en octubre", explica Javier Casal, director de deuda pública de Ahorro Corporación. Casal apunta que la tensión política puede acelerar el alza de rentabilidades prevista con la reducción de compras de deuda del BCE que comenzará en enero, adelantando el momento en que el bono alcance el 2% y que Ahorro Corporación estima en principio hacia el verano.
La prima de riesgo española alcanzó los 132,5 puntos básicos a principios de octubre y, tras el 155, se ha relajado sin apenas cambios hasta los niveles actuales, en los 115. El golpe del desafío independentista sobre los activos españoles ha sido claro pero contenido, aunque promete persistir en función del resultado electoral y ha dejado ya en todo caso su huella en la actividad financiera y empresarial de Cataluña, con el traslado de empresas emblemáticas como CaixaBank o Sabadell.