Nuevas luces y sanciones arrojó la investigación que desde hace seis meses comenzaron los fiscales Roberto Contreras y Lorena Parra por el eventual espionaje que habría afectado a la Sociedad de Fomento Fabril (Sofofa). Además de identificar a los agentes que trabajaban con Rubén Zito Aros, dueño de Profacis -la empresa que investigó el supuesto espionaje en Carozzi y Sofofa-, Carabineros inició una investigación contra la hija y el yerno de Aros: Angélica Aros González y Carlos Albornoz Díaz. Ambos funcionarios de Carabineros tenían cuentas de correo Gmail de Profacis. El sumario arrojó sanciones y ambos fueron llevados a la Fiscalía Militar por mal uso de material interno, según fuentes conocedoras de la sanción. Todo Espesto, ante los resultados de la investigación de la fiscalía, que arrojaron que Zito habría sido el responsable de instalar un micrófono oculto en Sofofa.
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Hallazgos y citaciones
El equipo de expertos de la PDI también realizó un peritaje al celular de Hermann Von Mühlenbrock, incautado el 29 de mayo desde Sofofa, en el que se determinó que no existirían antecedentes de manipulación directa al celular o algún tipo de intervención por lo menos en el sistema hardware, de acuerdo a lo que se detalla en un informe preliminar.
A estas pesquisas, se suma una segunda ronda de citaciones que iniciará la fiscalía entre el 10 y 11 de enero. Así, el Ministerio Público llamará a declarar a cuatro personeros clave del círculo de hierro del ex timonel de la industria, Hermann von Mühlenbrock. Se trata del ex segundo vicepresidente Gastón Lewin, el gerente internacional, Manuel José Prieto, la secretaria de presidencia Nancy Gatica y la socia de Nexos, Soledad Altamirano, ex asesora comunicacional del gremio, indican fuentes cercanas a la investigación.
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Sus testimonios podrían dar luces para aclarar el rol en la historia de Ruben Zito Aros.
Además, según cuentan cercanos a las pesquisas, sus declaraciones permitirían clarificar su contratación y las reuniones que sostuvieron, antes y después del hallazgo del micrófono en Sofofa, el entonces presidente del gremio Hermann von Mühlenbrock, la asesora comunicacional y socia de Nexos, Soledad Altamirano, el ex gerente corporativo Carlos Cayo, y el consejero Gastón Lewin. Ello, debido a que según consta en la investigación, en la semana anterior del hallazgo del artefacto escucha, estos actores se habían reunido en tres oportunidades. El domingo 21 de mayo, dos días después de encontrar los artefactos en Sofofa, habrían repetido la dinámica, pero en esa ocasión para analizar las consecuencias que traería a la Sofofa el caso. Incluso uno de los testigos de la primera ronda de declaraciones, comentó que obligó a Rubén Aros a cambiar el informe que presentó al gremio en dos oportunidades. En una de ellas, el ex carabinero habría indicado que la existencia de esos micrófonos obedecía a una intervención al proceso de elecciones internas que vivía el gremio. Sofofa hizo la denuncia de espionaje el viernes 26 de mayo, después de que LLugany le recomendara a Von Mühlenbrock "hacer un barrido en la Sofofa", ya que el domingo 14 de mayo el director de Carozzi había encontrado un micrófono oculto en su oficina. La misión fue encomendado al jefe de seguridad de Carozzi, Anfión Varela, a Rubén Zito Aros Oñate y Lorena López López (su pareja y con quien trabajaba en Profacis). Así, llegó Aros al gremio de la industria donde el ex carabinero habría instalado un segundo micrófono que nunca fue activado, según los antecedentes periciales, científicos y tecnológicos de la unidad del Cibercrimen de la PDI.
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