El congreso estadounidense llegó ayer a un amplio acuerdo de gasto por primera vez desde 2009, pero dejó al Fondo Monetario Internacional en problemas al rechazar financiar su último aumento de capital.

El paquete de US$1,02 billones (millones de millones) revela cómo el país gastará el presupuesto acordado luego de tensas negociaciones en diciembre. Esto significa una actualización de las prioridades de gasto de Estados Unidos después de años de "resoluciones continuas" que mantienen el gasto al mismo nivel del año anterior.

La ley de asignaciones marca otro paso en el regreso a la presupuestación regular en Washington y evitará otro cierre del gobierno para financiarlo hasta septiembre.

Pero los recortes a muchos programas de gastos -y la negativa de ratificar la reforma de cuotas de aportes al FMI- muestran cómo un presupuesto ajustado restringirá el espacio de maniobra del presidente Barack Obama en lo que queda de su mandato.

El acuerdo coincide con los niveles de gasto acordados por el congresista republicano Paul Ryan y el senador demócrata Patty Murray en diciembre y representarán la primera actualización a las prioridades de gasto desde el año fiscal 2010.

Este acuerdo significa que es prácticamente imposible un cierre del gobierno este mes. Aunque a algunos republicanos no les gustan los niveles de gasto en el presupuesto, probablemente habrá apoyo suficiente para aprobarla de manera relativamente fácil.

"Estamos complacidos de haber llegado a un acuerdo justo y bipartidista sobre el financiamiento del gobierno para 2014", dijeron los líderes republicanos y demócratas de la Cámara y el Senado en un comunicado conjunto.

"Aunque fueron muchas nuestras diferencias y nuestro plazo era corto, fuimos capaces de llegar a una sólida legislación que cumple los lineamientos del acuerdo Ryan-Murray de diciembre, evita un cierre del gobierno y elimina la incertidumbre y la inestabilidad económica", aseguraron.

Los republicanos en la Cámara negaron las súplicas de Obama de aprobar la reforma de cuotas de 2010 del FMI. Ahora no hay forma de lograrlo hasta el proceso de asignaciones del próximo año, y la reforma no puede entrar en vigor hasta que EEUU la ratifique.

Lo anterior deja a las autoridades del FMI en el limbo con países europeos que siguen sobrerrepresentados  y sin ninguna forma de aumentar el poder de voto de los países en desarrollo. Esto amenaza la legitimidad del FMI y entrega a los países extranjeros un palo diplomático con el cual golpear al Tesoro estadounidense.

La directora gerente del FMI, Christine Lagarde, expresó su decepción porque la reforma no fue aprobada.

"El mundo está evolucionando y estamos comprometidos a ayudar a nuestros miembros a finalizar lo que se acordó en 2010 para asegurar que el Fondo mantenga el camino en sintonía con el cambio global", dijo Lagarde, y agregó: "entendemos que el gobierno de EEUU seguirá trabajando en la obtención de la autorización legislativa necesaria, y tenemos la esperanza de que esto sucederá".

La reforma de 2010 doblaría la cuota del FMI a US$720 mil millones, cambia 6% de la cuota total de los países en desarrollo y traslada dos de los 24 consejeros del FMI desde Europa a países en desarrollo. Los préstamos al FMI existentes se transformarían en capital permanente, por lo que Estados Unidos no tendría que comprometer nuevos fondos.

Se supone que otra reforma de las cuotas se acordaría este año, lo cual es muy poco probable que ocurra si la última todavía no se ha implementado.

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