No es sólo un auto eléctrico y otro híbrido, sino que los dos modelos de BMW i han llevado al fabricante alemán un paso más allá. Hasta la planta donde se fabrica utiliza energías limpias.

Así lo destaca Eugenio Grandio, coordinador del proyecto BMWi para todo Latinoamérica, quien visitó nuestro país para alistar la llegada del eléctrico i3 y el híbrido i8, que se comercializarán antes de fin de año en Chile.

¿Cuándo comenzaron las pruebas con esta tecnología?

En 2008, con 600 autos MINI: se convirtieron y les pusimos un motor eléctrico en lugar de uno gasolinero. Ninguno de esos MINI se vendió y se mandaron a ciudades como Shanghai, Los Ángeles, Londres, Nueva York, e inclusive algunos llegaron a México, para ir conociendo hábitos, problemas y qué implicaba tener un vehículo eléctrico. Todas esas enseñanzas derivaron en una siguiente generación que nos llevó a sacar una nueva marca que es BMW i.

Algunas enseñanzas fueron que el 95% de la carga se lleva a cabo en las casas, que hay muchos beneficios en temas como ahorro, uso, costo de mantenimiento y de costo ambiental. Entonces, desde esta filosofía estamos lanzando el i3 y el i8. El primero es un coche diseñado específicamente para las ciudades, y el i8 busca el escape de las megaciudades.

¿Cómo se traduce esa filosofía en la fabricación de BMW i?

Para nosotros no era suficiente quitar un motor de gasolina e introducir el eléctrico, sino fue una reingeniería del vehículo del siglo XXI. ¿Cuál es el peor enemigo del coche eléctrico? El peso, entonces, hicimos los vehículos de fibra de carbono. Luego, en la producción tenemos que la fábrica de Alemania utiliza energía eólica. Además, los materiales son de madera de eucaliptos certificado; ya no hay plásticos. La tela es 40% de botellas recicladas. En la parte de abajo del motor, muchos de los componentes son del aluminio que viene de latas recicladas. Al final, el coche es un 95% de productos reciclados. No solo hicimos un coche que no contamina, sino que reinventamos todo el proceso.

Y con reducidos consumos.

El modelo i3, que es 100% eléctrico, a pesar de que no da la apariencia de un coche deportivo tiene una aceleración de 0 a 100 km/h en 7,4 segundos y las baterías en la parte de abajo del auto le dan un centro de gravedad muy bajo, lo que entrega una gran sensación de manejo. Además, tiene un rango de autonomía de 130 a 160 kilómetros. El i8 es un súperdeportivo híbrido, pero con consumo de SUV compacto, porque da 47 km/l con 362 caballos.

La tecnología necesita todo un cúmulo de cambios en la ciudad, ¿cómo han tomado eso?

Hicimos todo un portafolio llamado 360 grados eléctricos, que tiene soluciones que incluye todo lo que se necesita para funcionar con esta tecnología. Chilectra va a la casa e instala el punto de carga.

En cuanto a la carga pública, estamos trabajando con varias compañías en Chile y los otros países para comenzar a poner varias estaciones. La idea es que los puntos de carga estén en centros comerciales, restaurant, cines, entre otros. Además, iniciamos la capacitación en nuestros talleres. Buscamos crear un sistema en el que no se sacrifique nada por dejar de conducir un coche gasolinero y pasar a un BMW i, para que el cliente pueda dar ese paso de manera confiada. De hecho, Chile está en una posición privilegiada porque las energéticas ya están discutiendo el tema de los puntos de carga para este tipo de vehículos, situación que no se da en otros mercados.

¿Ve interés del gobierno chileno en que se potencie esta tecnología?

Creo que hay mucha curiosidad. En un tema del huevo y la gallina. No hay incentivos a esta tecnología porque no hay coches, pero algunas veces los coches no llegan porque no hay incentivos. Pero nosotros estamos dando el paso firme, y el avance en esta tecnología se puede acelerar si hay un compromiso firme del gobierno.

En la región se comercializará en México, Brasil, Colombia y Chile. ¿Cómo ha sido el inicio en México?

Los primeros se entregaron hace dos semanas y hay algunas cosas que aún son curiosas. La compra de un coche eléctrico pareciera que todo el mundo la quiere hacer muy racional. Entonces, preguntan cuánto es el costo por kilómetro, cuánto cuesta el kilowatt, y todo ese tipo de cosas. Si bien México está un poco más avanzados, ya tenemos clientes chilenos interesados en los coches.