La fórmula era la misma que utilizó en el cierre de la primera vuelta: un escenario, no muy grande, donde sólo la candidata Evelyn Matthei y la primera dama serían las oradoras y, tal como se hizo en noviembre en Chillán, que estuviera emplazado en alguna ciudad en regiones. Esta vez fue Temuco, región de la Araucanía. Han pasado poco más de tres semanas entre ambos encuentros, pero Matthei, que cerró su campaña ayer, no fue la misma.
Bailó con Leo Rey -ex vocalista del grupo La Noche- con total soltura y posó para todas las fotos que le pidieron. Nuevamente junto a la primera dama levantaron triunfantes los brazos frente a los asistentes. Se le vio segura, sonriente. Quizás por concluir sus actividades en la zona donde obtuvo su mejor resultado en la votación del 17 de noviembre, con el 29,3% de los votos.
"Nos van a pegar los profesores de matemáticas", bromeó en referencia a su slogan '1+1=7'. Su cambio de ánimo era notorio, y fue ella misma quien lo reconoció, y dijo haber recibido "una ola de energía" tras el debate de Anatel. "Ayer (miércoles) me di cuenta que el pueblo despertó", dijo, desatando los aplausos de los presentes.
A diferencia del acto en Chillán, ahora Matthei no estuvo sola frente a los casi 4 mil asistentes. En el escenario la acompañaron casi una veintena de dirigentes de la UDI y RN, entre ellos los presidentes Patricio Melero (UDI), Carlos Larraín (RN) -quien evitó ponerse en primera fila y se retiró en medio del discurso de Matthei por compromisos en Santiago- varios diputados en ejercicio y electos "sub 45" y dos de las figuras fuertes de Evópoli, como Felipe Kast y Luciano Cruz Coke. El gesto no pasó inadvertido, y si en el cierre de la primera vuelta no hubo palabras de Matthei para los partidos de la Alianza, esta vez empezó su discurso agradeciéndoles. "Aquí están todos mis amigos de la Alianza por Chile", dijo. Al final, todos terminarían bailando en la tarima como muestra de que ahora sí, a dos días de la elección, el oficialismo se vio por entero unido tras la opción de la abanderada oficialista.
Siempre rodeada de banderas de "Matthei presidenta", "Sí se puede", e incluso algunas de Renovación Nacional, el público también respondió entusiasta al diálogo que generó en sus más de 15 minutos de intervención. Tuvo énfasis distintos a los de la primera vuelta: insistió en que no es necesario modificar la actual Constitución, como lo plantea su contendora y sentenció que hacerlo significará "que los políticos van a estar peleando en Valparaíso durante los próximos cuatro años".
Además, nuevamente defendió el legado de Sebastián Piñera, afirmando que es "el primer presidente" que ha gobernado para la clase media y derechamente apuntó al voto religioso más duro: "Haré que los valores de la familia perduren y que Dios sea mi testigo", afirmó.
Así fue el punto final para una campaña de casi cinco meses que tuvo a Matthei como la tercera candidata de la UDI tras las caídas y renuncias de Laurence Golborne y Pablo Longueira, y que terminó por convertirse en una contienda que se definió entre mujeres, con la ex presidenta Bachelet como su rival.
Ahora, sólo restan 48 horas para la decisión final de la segunda vuelta de este domingo en las urnas.