Ex ministro de Economía, Luis Felipe Céspedes: "Los hechos dejaron de estar acotados al Comité de Ministros y se transformaron en una diferencia política al interior del gobierno"
-Por primera vez, el exministro se refiere al terremoto político que generó cuando decidió abandonar la sesión del Comité de Ministros en la que se rechazó el proyecto Dominga. -Defiende la gestión del gobierno de Bachelet, aunque reconoce que "faltó mayor visibilidad política a la agenda pro crecimiento que impulsamos".
La última vez que conversó con la expresidenta Michelle Bachelet fue el 31 de agosto de 2017, cuando se reunió con ella en La Moneda y le presentó su renuncia. No ha habido más contacto, pese a que fue durante tres años y medio su ministro de Economía.
La salida del gobierno de Luis Felipe Céspedes no fue silenciosa. Al contrario, gatilló la renuncia de los entonces ministros de Hacienda, Rodrigo Valdés, y el subsecretario de la cartera, Alejandro Micco. Luego de ese remezón se fue a su casa, posteriormente estuvo como economista visitante en el departamento de investigación del FMI en Washington y luego como profesor visitante en la Universidad de Columbia, en Nueva York. Y hoy, ya se encuentra de lleno dedicado a la Escuela de Negocios de la Universidad Adolfo Ibáñez.
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Por primera vez, desde que renunció al gabinete, accede a hablar de qué lo llevó a que esa mañana del lunes 21 de agosto, en el momento en que el Consejo de Ministros de medioambiente decidiera comenzar la votación que aprobaría o rechazaría el proyecto minero portuario Dominga, él se parara y abandonara la sala sin emitir su voto.
No obstante, también aprovecha esta conversación con PULSO Domingo para enviar un mensaje a La Moneda: "Las piezas del rompecabezas que ha entregado el gobierno, hasta ahora, apuntan a un cuadro fiscal sesgado a un mayor déficit".
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¿Qué fue lo que más le molestó de la decisión del Comité de Ministros respecto del proyecto Dominga?
- Hasta ese momento el Comité de Ministros siempre había actuado con toda la rigurosidad que correspondía. A modo de ejemplo, las citaciones eran hechas con la suficiente anticipación para una adecuada revisión de los antecedentes técnicos. El comité tomó decisiones complejas previamente, pero siempre lo hizo con el rigor consistente con el resguardo de la institucionalidad. Lo que ocurrió en esa ocasión se alejó de esa práctica y, sin contar con el tiempo necesario para evaluar los antecedentes, yo no estaba en condiciones de emitir una opinión fundada sobre el proyecto.
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¿Por qué cree que fue el único ministro de los seis que integran el consejo al que le molestó esta forma de proceder?
- No me corresponde responder esa pregunta. Yo actué en concordancia con lo que creí era adecuado para proteger la credibilidad de la institucionalidad. En su momento, fui crítico del episodio Barrancones, precisamente, porque se dañó la confianza en el Sistema de Evaluación Ambiental. Y también fui crítico del reciente fallo del Tribunal Constitucional respecto del proyecto del Sernac, donde existe un consenso entre los expertos en que éste se excedió respecto de sus atribuciones.
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En ese minuto, cuando usted se para de la reunión y se va, ¿vislumbra que sus días en el gabinete estaban contados?
- Cuando uno toma una decisión de ese tipo sabe cuáles son las consecuencias políticas que ésta puede tener.
¿Habló previamente del tema con el exministro de Hacienda Rodrigo Valdés?
- Puedo decirle que siempre mantuve una comunicación fluida con el exministro Valdés. Los detalles respecto de situaciones particulares no corresponde hacerlos públicos.
¿Por qué no bastó para usted y para el resto del equipo económico con la salida de Valdés?
- En su momento, los hechos dejaron de estar acotados a lo que había ocurrido en el Comité de Ministros y se transformaron en una diferencia política al interior del gobierno, que se relacionaba más con la efectividad con la que el equipo económico en su conjunto podía realizar su trabajo.
Han pasado casi ocho meses desde que salió del gobierno, con las consecuencias ya conocidas, ¿sigue manteniendo su posición?
- Yo estoy muy tranquilo respecto de mi actuar en la situación en particular y de mi participación en el gobierno como ministro. Estoy también muy agradecido con la presidenta Bachelet por la confianza y la oportunidad que me dio. Para mí fue un privilegio haber tenido la posibilidad de llevar adelante iniciativas tales como la agenda de productividad, que fortaleció al emprendimiento y la innovación, que creó los Centros de Desarrollo de Negocios, que dio un primer paso en una estrategia de diversificación productiva, la creación de InvestChile, la ley de libre competencia y muchas otras iniciativas.
¿Ha tenido contacto con la expresidenta?
- Ninguno.
¿Se siente parte de la actual oposición?
- Me sitúo en la oposición, pero en una oposición constructiva. Que debe priorizar el bienestar del país en su conjunto.
El primer mes
¿Cree que parte de la alta votación que sacó el Presidente Sebastián Piñera se debió a que su candidatura transmitió un mayor convencimiento que el crecimiento económico es prioritario?
- Después de la primera vuelta se generó un consenso político respecto de la necesidad de reformas que permitan generar mayor inclusión en nuestra sociedad. Eso es un avance muy importante en materia de diagnósticos compartidos. Pero, al mismo tiempo, el apoyo a las reformas dejó de ser un elemento tan marcadamente diferenciador, y otras variables, como la percepción de la valoración del crecimiento económico, tomaron una mayor relevancia. Y en esas variables, la candidatura del Presidente Piñera, justa o injustamente, logró una diferencia.
El gobierno cumplirá un mes de gestión, ¿cuál es su evaluación?
- Valoro la voluntad que ha mostrado el gobierno de lograr acuerdos nacionales en materias claves para el país. Pero esa invitación a dialogar implica tener la voluntad de lograr acuerdos y, por lo tanto, requiere mínimos comunes en materia de diagnósticos.
¿O sea, que se parta de la base reconociendo lo que se hizo en el anterior gobierno sin motosierra de por medio?
- Es positivo que, en general, se haya evitado la lógica de la refundación. Creo que es positivo que exista un consenso respecto de la necesidad de reformas para alcanzar un país más inclusivo. Lo anterior no significa que no existan diferencias legítimas. Pero buscar espacios para la construcción de acuerdos da una posibilidad de seguir avanzando en cambios necesarios para el país.
Ya existe evidencia de que desde diciembre del año pasado comenzaron a elevarse las expectativas, ¿cuánta responsabilidad tuvo el gobierno anterior en el menor crecimiento económico?
- Soy de los que creen que la mayor parte del menor dinamismo que observamos en Chile en los últimos años se debió a un escenario externo menos favorable. Para una economía con el grado de apertura de la nuestra y tan dependiente del precio del cobre, el escenario externo es clave. Sin ir más lejos, el gobierno actual ya ha comenzado a advertir que un escenario externo menos favorable puede sesgar el crecimiento a la baja.
¿No existe, entonces, una responsabilidad del gobierno anterior? ¿Todo el efecto en la caída de la actividad es externo?
- Es justo reconocer que cuando uno es gobierno debe evitar la polarización, y en esa dimensión se pudo haber hecho mejor. Pero también creo que algunos de los que reclamaban intransigencia por parte del gobierno no tenían la menor intención de sentarse a buscar acuerdos. Algunos dijeron que no nos importaba el crecimiento económico, pero lo cierto es que la agenda implementada en materia de productividad era una agenda de crecimiento.
¿Y por qué cree que el discurso de crecimiento del gobierno anterior no permeó?
- Faltó mayor visibilidad política de la agenda pro crecimiento que impulsamos. Asumo mi cuota de responsabilidad. Pero nadie podría decir que la ley de libre competencia no fue pro-crecimiento. O que el aumento en un 50% de los recursos destinados al emprendimiento e innovación durante la administración pasada no buscaban fortalecer el crecimiento. Teniendo como principio la colaboración público-privada, creamos programas estratégicos para diversificar nuestra economía sobre la base de la innovación en sectores como la industria de alimentos, el turismo, la industria solar y la minería, etc. Espero que haya continuidad en los esfuerzos.
Pero las nuevas facultades que se le daban al Sernac se percibieron como anticrecimiento…
- Soy un convencido de que una institucionalidad robusta en materia de consumidores fortalece la economía de mercado. En el caso del Sernac, logramos avanzar en el Parlamento con acuerdos en un porcentaje importante del proyecto. Recordemos que fue la Cámara Nacional de Comercio la que presentó un téngase presente al TC. No hubo requerimiento alguno por parte de parlamentarios de la entonces oposición al TC. Lamentablemente, aún no tenemos claridad de cuál será la agenda del gobierno en esta materia.
Política fiscal
Cuando recién asumió el nuevo gobierno se encontró con un déficit fiscal mayor al entregado por la administración, ¿no cree que menor crecimiento y mayor gasto público fue una combinación peligrosa?
- No es cierto que el déficit efectivo que el actual gobierno recibió fuese mayor al inicialmente entregado. Lo que hubo fue una diferencia en la estimación del balance estructural. Son cosas distintas. En simple, no desaparecieron recursos entre un reporte y otro. Pero también es importante reconocer que no se cumplió con la meta de balance estructural fijada para el último año de gobierno. Puede haber razones para justificar la desviación respecto de la meta original. Pero el cumplimiento de la meta debió haber sido una prioridad.
¿Aquí falló el exministro Nicolás Eyzaguirre?
- No. Para clarificar este punto, el ministro Eyzaguirre explicó el error involuntario que ocurrió entre la primera entrega del cálculo del balance estructural y la segunda. Lo que estoy planteando es que dado el compromiso que se había fijado con una trayectoria decreciente del déficit estructural, que me parecía muy adecuado, se debieron haber tomado acciones que aseguraran el cumplimiento de la meta frente a un conjunto robusto de escenarios. Es legítimo haber seguido una estrategia distinta, pero se corría el riesgo de no cumplir con la meta, que fue lo que finalmente ocurrió.
El ministro de Economía, José Ramón Valente, dijo que el gobierno de la expresidenta Bachelet mintió a los chilenos en materia fiscal…
- Asumo que las declaraciones del ministro fueron fruto de una confusión conceptual de su parte.
El ministro de Hacienda, Felipe Larraín, señaló que encontraron una situación fiscal compleja…
- La mera existencia de un déficit fiscal no es sinónimo de falta de responsabilidad fiscal. Si la economía opera por debajo de su potencial y el precio del cobre está por debajo de su precio de largo plazo, la regla implica que vamos a tener un déficit fiscal. Esas fueron las condiciones que se verificaron en los últimos años. Lo que sí es cierto es que llevamos muchos años con déficit estructural y no es bueno para el país acostumbrarse a financiar el gasto público con déficit estructurales.
El ministro Larraín anunció una nueva reforma tributaria que incluiría una baja del impuesto a las empresas, ¿lo cree posible en el actual escenario fiscal?
- Los distintos titulares entregados por el gobierno apuntan a una situación fiscal compleja. Al anuncio de reforma tributaria tenemos que sumarle los potenciales gastos en materia de pensiones e infancia vulnerable, y una esperada reducción en el déficit estructural. Si asumimos que las reasignaciones son más difíciles de lograr respecto de lo inicialmente sugerido por el gobierno, se puede pronosticar un escenario complejo en materia fiscal. Es cierto que el gobierno tiene 90 días para comunicar su estrategia fiscal, pero las piezas del rompecabezas que ha entregado el gobierno apuntan a un cuadro fiscal sesgado a un mayor déficit.
Dado este escenario, ¿es viable una nueva reforma tributaria?
- Va a ser una discusión ardua. Dado que el gobierno señaló que cualquier proyecto tributario será neutro en materia de recaudación, y que la oposición ha afirmado, en mi opinión correctamente, que la propuesta no puede ser regresiva, es que el proyecto que se envíe y su respectivo informe financiero van a ser sujetos a una revisión exhaustiva por parte de los distintos actores.
El gobierno ha anunciado un fuerte plan de fortalecimiento de la inversión, ¿también lo ve difícil?
- Es un anuncio positivo, pero es solo una parte del desafío. Creo que para generar niveles de crecimiento y empleo que nos permitan alcanzar el desarrollo debemos transformar la innovación en el motor de nuestra economía. Sería un error tratar de repetir más de lo mismo, pero también sería un error hacer borrón y cuenta nueva. ¿Qué necesitamos? Necesitamos potenciar el funcionamiento de nuestros mercados, asegurar las condiciones para el crecimiento de nuestros emprendedores e innovadores y utilizar nuestros sectores estratégicos en plataformas para la diversificación productiva.
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