Si hay alguien conoce cada detalle del grupo Falabella es Juan Cuneo Solari. Aunque desde 2014 no está ligado a la administración de la firma -donde permaneció 50 años, llegando incluso a presidencia del directorio- el histórico miembro de la familia controladora se mantiene atento a los pasos que da la empresa. Es que más allá de su alejamiento del día a día empresarial, sigue atento a los negocios, dedicando parte importante de su tiempo a la hípica. Justamente, en el marco de la junta de accionistas del Hipódromo Chile, se dio tiempo para conversar con PULSO sobre los recientes cambios en Falabella, con la salida de Sandro Solari de la gerencia general, cargo que ahora ejercerá Gastón Bottazzini.

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¿Cómo se tomó salida de Sandro Solari de la gerencia general de Falabella?

-Fue una decisión de ellos. Yo no estoy en Falabella hace cuatro años.

Pero ¿cuál es su opinión como ex presidente del directorio de la compañía?

-La gestión es muy buena. Nadie puede discutir que Falabella ha hecho las cosas bien.

¿Pero respecto a la gestión que hizo Sandro Solari durante sus años en la gerencia general de la compañía, cómo la evalúa?

-Buena. Fue una muy buena gestión.

¿Qué fue lo positivo que vio?

-Fue buena, porque ingresó en un momento muy difícil, porque nos subieron los impuestos y logró mantener los resultados. Y eso, con un país 'en pana'.

¿Y qué expectativas tiene respecto a la persona que llegó al cargo, Gastón Bottazzini?

-Si va a jugar el partido en una cancha mejor, tendrá mejores jugadores, creo. Pero sí estoy tranquilo con lo que están haciendo en Falabella. Es una empresa que ha tenido una fuerte vinculación hacia la modernidad. Y eso que indudablemente es premonitorio de tiempos mejores.

Como presidente de Hipódromo Chile, señaló en su discurso que 2017 será recordado como un año complicado para la actividad hípica nacional, ¿eso responde al menor dinamismo de la economía?

-El país tuvo demasiados cambios, la gente se empezó a preocupar muchísimo y había menos disponibilidad de dinero. Había más cesantía. Cesantía encubierta, porque si hoy vemos los números la cantidad de gente que trabaja en empleo informal es una cosa terrible y esa gente no gana una renta importante.

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¿Cómo ve las señales de una reactivación de la economía?

-Eso lo vamos a ver cuando se produzca. Es cierto que hay mejor escenario hoy que lo que fue hace pocos meses, pero no es para que digamos 'mira, nos cambiamos de chaleco y ahora somos ricos'.

¿Y de qué factores depende que se mantenga ese escenario?

-Depende del trabajo, depende de las ideas, depende de la responsabilidad, depende de que exista seguridad. Todo eso influye.

Y como empresario, ¿Qué expectativas tiene usted en esa materia del nuevo gobierno de Sebastián Piñera?

-El nuevo gobierno está en la decisión correcta. Pero el problema es que una cosa es hablar y otra cosa es hacer. Ese el tema, y eso es para cualquier gobierno. Es mucho más fácil hablar que concretar, eso lo tengo muy claro en toda actividad.

¿Cómo ve la idea de bajar los impuestos a las empresas? ¿Qué cosas debiera tener una reforma tributaria?

-No debiera opinar mucho al respecto, pero yo sí pienso que hay que analizar muy bien los gastos. En Chile hay demasiada administración pública, hay demasiados gastos sin que sean eficientes. Me explico, el caso de la capacitación es un drama, se gastan millones para nada. Me van a echar todos los gallos encima, pero lamentablemente es así. En pleno siglo XXI para pedir hora en un hospital, la gente va a las 7 de la mañana y los atienden a las 12. Eso no puede ser. Y eso forma parte del costo que la gente no ve. La movilización pública debe ser eficiente, la gente debe pagar, la evasión es del 28%. Por qué no va a pagar. Todas esas cosas deben corregirse, pero no se corrigen de la noche a la mañana. Tampoco se acaban los ladrones en cinco minutos.

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¿Cuándo se podría comenzar a ver un cambio en eso?

-Creo que los cambios son paulatinos. Nada se corrige en 24 horas.

En su discurso manifestó preocupación por el empleo, ¿Cómo está viendo los efectos de la reforma laboral?

-El empleo es fundamental. Lo fundamental de la reforma laboral era la parte de la adaptabilidad y eso no existió nunca. Al contrario, estamos yendo a trabajar menos horas, solo cosas que son negativas para la productividad. El país lleva ocho o nueve años bajando la productividad. No podemos pretender ser ricos trabajando poco y redituando poco por nuestro trabajo.

¿Se deberían reformular esos aspectos, a su juicio?

-Creo que ese tema está en la palestra. Hay un poco de desconfianza en la parte laboral, es algo que no entiendo. Pero sí, tiene que haber adaptabilidad. Si yo quiero tener trabajadores tres días a la semana, y no la semana entera, hay que ver como se hace, pero que tengan sueldos dignos esos tres días que trabajan. Pero no que tengan un sueldo mínimo si pueden trabajar en otro lado esos tres días.

¿Y el rumbo que está tomando el gobierno en esa materia le produce confianza?

-Es muy poco lo que llevan, pero yo siempre he tenido confianza en todos los gobiernos. Creo que nadie se hace cargo de un país para hacerlo mal. Ahora, que lamentablemente muchas veces las ideas son equivocadas y las aplicaciones son malas, ese es otro tema. Pero nunca he pensado en un Presidente de la República o su equipo que quiera hacer las cosas mal.

¿Proyecta un buen 2018 entonces?

-Veo un 2018 mejor que el 2017.