Con un rendimiento de +5,7% en enero, el índice S&P 500 completó 15 meses de expansión consecutivos, situación que no se veía desde la década del 50 cuando la bolsa americana logró completar 11 meses positivos. Adicionalmente, hasta enero se completaron más de 400 días sin que dicho índice corrigiera un 5%, situación que no se había dado nunca.

Sin embargo, en lo que va de febrero las rentabilidades históricas que observamos en el mes previo se devolvieron en pocos días, lo que llevó a que el S&P 500 pasara a retornos negativos en lo que va del año y los niveles de volatilidad (VIX) llegaran a 50, los cuales no se veían desde el 2015 cuando ocurrió la devaluación del yuan. Dicha corrección habría sido provocada por las alzas en las tasas observadas recientemente; el aumento del déficit fiscal, la depreciación del dólar y la incipiente aparición de presiones inflacionarias han influenciado el mercado de bonos, generando movimientos al alza en las tasas tanto en EEUU como en el resto de las economías desarrolladas. A lo anterior se suma la menor "protección" que están entregando los Bancos Centrales a los mercados, dada la disminución de programas de compras de activos.

[ze_adv position="adv_300x100" ]

Sin embargo, objetivamente las expectativas de resultados corporativos para las empresas de EEUU son altas, con una expansión esperada de 17,5% para el 2018. En esto influye la reforma tributaria, la baja inflación, la depreciación del dólar y la recuperación del precio del petróleo, entre otros. Además, se mantienen las buenas perspectivas económicas, tanto en EEUU como en el resto del mundo, que comenzaron a principios del 2017.

En este escenario nos preguntamos qué va a prevalecer, las expectativas de crecimiento o las preocupaciones sobre los elevados niveles en que se encuentran los múltiplos de las empresas (aun cuando se están expandiendo los resultados corporativos) y por las rápidas alzas en las tasas.

[ze_adv position="adv_300x250-A" ]

En BICE Inversiones, desde el mes pasado, comenzamos a disminuir la exposición a activos de renta variable de nuestros portafolios, buscando protección y un mejor punto de entrada, teniendo en cuenta que las perspectivas económicas siguen siendo muy positivas y que tras la corrección de febrero las valorizaciones están más atractivas.

*El autor es gerente de inversiones de BICE Inversiones AGF.