Si las tensiones comerciales entre Estados Unidos y China siguen aumentando, es probable que el gobierno de Donald Trump termine perdiendo mucho más de lo que espera la Casa Blanca. Esa es la visión de Monica de Bolle, experta del Peterson Institute for International Economics (PIIE, su sigla en inglés), quien advirtió que una intensificación de esta disputa podría traducirse en una rebaja en las estimaciones para el PIB global y el comercio internacional.
En esta entrevista, la especialista brasileña analiza los últimos acontecimientos en la relación entre las dos mayores potencias y su impacto en el resto del mundo.
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¿Cómo describiría el estado actual del comercio mundial?
-Las cosas están en territorio desconocido. Tienes a las dos grandes economías del mundo involucradas en una discusión sobre el comercio. Todavía no se ha convertido en una guerra comercial, pero podría pasar, lo que pone a todo el sistema en modo de alerta. Además, las acciones que EEUU ha tomado y las medidas de represalia que China ha anunciado han ocurrido fuera de la OMC, lo que obviamente debilita a la OMC, que, para empezar, ya se ha debilitado. Todo esto es malo para el comercio y coloca mucha incertidumbre en los escenarios hacia adelante, ya que podría dañar la perspectiva del crecimiento global.
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La discusión entre EEUU y China destapa una capa de pandora que nunca hemos visto y que no sabemos cómo terminará. Todo es un caos ahora.
Antes de que esto pasara, ¿cuál era la perspectiva para el comercio global en 2018?
-En líneas generales, lo que salía del FMI, del Banco Mundial y de la Ocde era un escenario optimista para el crecimiento y el comercio. A pesar de las inclinaciones proteccionistas de la administración de EEUU y en otras partes del mundo, había mucho optimismo de que, por ejemplo, el TPP iba a seguir adelante sin EEUU y así fue, que otros países iban a tomar el relevo de lo que fuese que EE.UU. dejara atrás. En general, había optimismo y creo que la gente había minimizado en gran medida las verdaderas intenciones de la administración de Trump. Ahora que esto ha sucedido, la gente se ha dado cuenta de que las cosas pueden resultar ser mucho peores de lo que pensaban.
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¿Qué pasará si las tensiones entre las dos potencias se intensifican?
-Si las tensiones siguen escalando, trastornarán el escenario. La posibilidad de que se recorten algunos puntos del crecimiento global, de que los precios de las materias primas sufran, de que la tremenda incertidumbre creada por lo que sea que pase entre EEUU y China perturbe a los mercados y cree turbulencia y esto se traspase a los mercados emergentes... hay muchas cosas que podrían pasar y todas son bastante negativas. Si la situación escala, creo que muy pronto vamos a empezar a ver una serie de revisiones a las perspectivas del crecimiento y del comercio global.
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¿Cuán probable es una guerra comercial?
-Desde luego, es más probable que lo que era hace tres meses. La reacción china a las dos acciones tomadas por EEUU -los aranceles al acero y el aluminio y la sección 301- fue muy rápida. Fue especialmente rápida en relación a la sección 301, todo pasó dentro de unas pocas horas. EEUU publicó una lista de 1.300 productos y luego los chinos respondieron del mismo modo con una lista de 106 productos que cubren casi el mismo valor de importación de bienes que EE.UU. estaba cubriendo. Los productos incluidos son muy dirigidos a cosas específicas, a lugares específicos donde Trump ganó por un gran margen, a industrias específicas que Trump ha dicho que quiere recuperar, por lo que el potencial que EEUU salga perdiendo mucho más de lo que la administración está esperando es enorme, más que China.
¿Qué países se verían más afectados por una guerra comercial?
-Dada la integración del comercio en la actualidad, realmente no veo cómo puedes tener países, como pequeñas Suizas que dicen que no están participando o que no tienen nada que ver con esto, que no se vean afectados. Al final, todos se ven afectados.
¿Está América Latina preparada para enfrentar este escenario?
-Es muy complicado para América Latina, porque esos son los dos mayores socios comerciales para cada uno de los países de la región. Ellos van a tener que caminar una línea muy fina, porque, por un lado, se tienen que mantener al margen de esto, porque no pueden ser vistos como tomando parte. Por otro lado, están atrapados en el fuego cruzado de estos dos países.
EEUU está usando los aranceles para obtener mejores acuerdos comerciales. ¿Qué impacto puede tener sobre el sistema global de comercio?
-Debilita a la Organización Mundial de Comercio (OMC), hace que todos se sienten a negociar fuera de la OMC. Esto no es bueno para el sistema, porque, al final, vas a tener una serie de distintas negociaciones en una base ad hoc y eso realmente acaba con el sistema basado en reglas, porque ¿cuál es la referencia cuando empiezas a hacer las cosas de esa manera?